Capítulo #5.

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Irina

Pasé la noche en vela dando vueltas en la cama, pidiéndole a la vida que bastara con la cena juntos para que mi padre se marchara nuevamente.

Recordaba la mirada de Adrien aceptando mi petición falsa de noviazgo, podía perderme en esos ojos grises tan profundos como el océano, pero él no me miraba de esa forma.

La primera vez que lo vi fue empezando la Universidad, el estaba sentado rodeado de compañeros de clase, vestido con una camiseta de algodón blanca, una camisa de cuatros encima y un pantalón blanco.

Al principio pensé que no era más que un básico, pero las clases generales que llegamos a compartir, me demostraban lo contrario, era carismático, elocuente y muy inteligente. Bien que le iba en sus estudios de Ingeniería, mientras yo me dedicaba al diseño de modas y Katharina a la literatura.

Me giré nuevamente en la cama y noté que amanecía, no había dormido nada pensando, con ansiedad y con la incertidumbre de no saber por qué ahora mi padre tenía metido entre ceja y ceja que debía conocer a mi "novio".

Me senté en la cama, si no iba a poder dormir entonces haría algo productivo, llegaría temprano a la boutique y buscaría algún vestido sencillo para la cena de esa noche.

Abrí la puerta de mi habitación y encontré un sorpresivo silencio, no había gemidos cómo el día anterior. Suspiré y me metí a la cocina, un desayuno rápido, luegonun baño y ya estaría lista para salir a la calle.

— ¿Aún sientes algo por Adrien? — escuche la voz de Katharina casi en un susurro.

Me sobresalte un poco ya que había llegado a la cocina de forma sigilosa y por supuesto, la pregunta me tomó por sorpresa.

— ¿Qué? — la miré extrañada, se suponía que mi gusto por Adrien había quedado en el pasado. No hablaba de eso desde antes de la graduación, mucho menos después que el y ella habían empezado a salir.

Tampoco había dicho nada cuando ella había pedido mi opinión acerca de si estaba bien o no que ella saliese con Adrien. Yo simplemente me había hecho a un lado, nunca tuve oportunidad con él y nunca la tendría, por eso había decidido olvidarlo.

— ¿Qué si aún sientes algo por él? — se metió a la cocina y se sirvió una taza de café del que acababa de hacer — No te hagas, ambas sabemos que te morías por el.

Era la primera vez que veía a una Katharina distinta, una niña insegura qur no había conocido jamás. Me quedé estupefacta, entendía que la situación era algo inusual, pero no justificaba el hecho de que ella estaba actuando de manera temerosa e insegura, si ella estaba segura del amor que Adrien sentía por ella, eso simplemente no debía estar ocurriendo.

Chasqueé con mi lengua.

— Es absurdo — me miró y casi pude ver el miedo en sus ojos.— No siento nada por él — mentí y casi pude ver el alivio en su interior.

— Prometeme que no va a pasar nada entre ustedes — se acercó y me tomó de las manos y entre ellas mi taza de café.

Me quedé sin habla, no podía prometer algo así, yo quería, soñaba a cada instante con un momento como ese. Uno en el qur algo por fin ocurría entre nosotros, era injusto, no podía prometerlo.

Separé mis manos de las suyas y tomé mi teléfono que vibraba sin parar en mi bata.

— Padre — agradecí al cielo por haberme salvado — no papá, no pude dormir muy bien — mi padre solo quería confirmar la cita que teníamos, y por supuesto, confirmar la presencia de mi flamante novio — Si papá, me estoy vistiendo.

Hice señas a Katharina y me alejé de ella, necesitaba salir de allí cuanto antes y evitar la pregunta nuevamente. Debía salir de allí bajo cualquier excusa.

Me metí al baño, tomé una ducha rápida y salí disparada, para cuando ella me buscase, no encontraría ni la sombra de mi presencia.

El día en la boutique pasó muy rápido, las costureras que trabajaban en el taller que teníamos en la parte trasera, habían dedicado su día a la confección de varios vestidos destinados a un pequeño grupo de quinceañeras, me había sorprendido de los diseños tan hermosos que habían salido de mi cabeza, cada día mejoraba aún más.

Cerré la Boutique temprano y le pedí ayuda a Emilia para seleccionar un vestido para esa noche, no quería ir a casa así que me había llevado lo necesario para maquillarme, peinarme y lucir decente.

Emilia escogió para mi un vestido midi azul rey de seda, de corte princesa y con una abertura hasta media pierna y espalda descubierta con tirantes y unos triangulos en el busto, que definitivamente realzaban mi figura.

Me ayudó con el maquillaje y también me hizo unas ondas preciosas en mi cabello, completé con unas sandalias negras de plataforma y un bolso negro donde llevaba lo necesario. Mi teléfono, tarjetas e identificación.

Me miré al espejo y quedé sorprendida, era difícil reconocerme allí, me veía muy bien. Aunque probablemente Katharina se hubiese visto mejor.

Cuando por fin cayó la noche yo era todo un manejo de nervios.

— Te ves muy bien — me había dicho Emilia — Esta es tu noche, lo vas a enloquecer — Emilia estaba más emocionada que yo.

— Recuerda que es solo una mentira  — le recordé — solo será para sacarme a papá de encima.

Emilia puso los ojos en blanco y mi corazón se detuvo cuando lo vi bajarse de su automóvil.

Llevaba un traje azul noche que lo hacía ver más apuesto de lo que ya era. Su cabello peinado hacia atrás aunque un par de mechones rebeldes caían sobre su rostro, me senté en un taburete junto al mostrador, mis piernas iban a fallar en cualquier momento y prefería disimular.

— ¡Hola! — se saludaron él y Emilia.

— Estoy aquí por...

Sonó mi teléfono, salvada por la campana nuevamente.

Me puse de pie y noté al instante la sorpresa en su rostro.

— Mi papá envió un auto especial para llevarnos — dije apartando la mirada de la suya y revisando mi bolso diminuto — Dice que no quiere que luego tenga que manejar ebrio alguno de los dos o algo así — Vi en su rostro el deseo de replicar así que seguí — lo mejor es no llevarle la contraria.

Una camioneta negra se estacionó justo en la entrada, puntual como siempre.

— ¿Vamos? — me dijo al tiempo que ponía su brazo en posición para que yo pudiese tomarlo.

Asentí y agradecí el gesto.

A pesar que era una mentira, me sentía como en un sueño, un sueño del que no quería despertar.










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Besos ♥

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