Irina
Lo primero que hice al despertar fue buscar a Adrien a mi lado, pero estaba completamente sola en la cama, pensé que lo ocurrido la noche anterior había sido un sueño, hasta que me moví en la cama y pude sentir como mis piernas estaban adoloridas. Los vestigios de perder mi virginidad estaban allí latentes. Además, yo seguía completamente desnuda bajo las sábanas, cosa que me ruborizó por completo, sentí como el calor subió a mi rostro y al pensar en calor inmediatamente pensé a Adrien sobre mí, haciéndome el amor.
Ni en mis mejores sueños pude imaginar que algo así sucedería, sin embargo, era real, había pasado y ahora tenía que enfrentarlo, por una parte me sentía feliz, aunque no podía dejar de pensar en mi última conversación con Katharina, las interrogantes rápidamente invadieron mi mente.
¿Y si Adrien solo me está utilizando? ¿Y si todo esto sigue siendo obra de Katharina?¿Y si él la ama?
A decir verdad eso no tenía que importarme, después de todo, al hacerlo mi novio de mentiras yo también lo había estado utilizando, solo que jamás imaginé que podíamos llegar tan lejos. Pero lo que más me asustaba es que todo había pasado muy rápido, mi mayor temor era engancharme, ilusionarme y despertar del sueño en cualquier momento.
Salí de la cama aún envuelta en la sábana, con algo de temor, buscando a Adrien pero me di cuenta que estaba sola dentro de la habitación. Me metí al baño y llené la bañera con agua tibia, necesitaba calor para que mi cuerpo se relajara pues parecía que los músculos de mi entrepierna estaban contraídos.
El baño debe haberme tomado al menos media hora, me sentía relajada y no me había preocupado por mirar el móvil. Había dejado a Emilia a cargo de todo así que ella solo me llamaría en caso de alguna contingencia, tenía que ingeniármelas, necesitaba que mi padre se abriera conmigo y me contara lo de su enfermedad, necesitaba disuadirlo de la idea de casarme con Adrien, yo no podía hacer eso....¿O si?
Sacudí la cabeza y volví a la habitación, para darme cuenta de las manchas en las sábanas, no había que ser muy inteligente para darse cuenta que ese sangrado era producto de mi virginidad, así que debía sacar las sábanas y lavarlas sin dar explicaciones.
Saqué las sábanas de la cama y bajé con ellas en búsqueda del cuarto de lavado, para mi mala suerte lo primero que hice fue econtrarme con Greta, así que no me quedó más remedio que pedirle ayuda e inventar que mi periodo había bajado, aunque faltaban unas dos semanas para eso.— ¿Has visto a Adrien? — Pregunté, la verdad es que necesitaba hablar con él cuanto antes, lo que había pasado la noche anterior no se podía repetir bajo ninguna circunstancia, no hasta aclarar sus verdaderas intenciones — ¿O a mi padre?
— El señor y su prometido salieron por la mañana, temprano — Me indicó — Hace rato llamaron para avisar que almorzarían juntos, así que solo haré almuerzo para usted ¿O desea tomar el desayuno?La verdad es que prefería el almuerzo, luego del desgaste físico de la noche anterior, mi cuerpo pedía algo sustancioso.
Me comí una manzana mientras esperaba el almuerzo y decidí deambular por la casa para no aburrirme, estaba acostumbrada a mi ritmo de vida, a pasar el día entre diseños y clientes, en compañía de Emilia y las demás chicas, esto de no tener nada que hacer no era lo mío.Me metí en la biblioteca de mi padre y comencé a buscar entre los libros algo que leer, me senté en el escritorio cuando me encontré con "La sombra del viento" de Carlos Ruiz Zafón, y antes de comenzar a leer, las gavetas llamaron mi atención, dos de las gavetas del escritorio tenían cerrojo, por lo que era evidente que estaban bajo llave. La curiosidad me llevó a intentar abrirlas, la primera no abrió, pero la segunda si lo hizo y una carpeta llamó mi atención, en ella estaban las iniciales A - K - I, e inmediatamente mis pensamientos volaron por los cielos, podría tratarse de Adrien, Katharina e Irina, pero justo en el momento que iba a abrir la carpeta, escuché mi nombre y cerré la gaveta de golpe.
Greta me llamaba para comer y no podía saber que yo estaba revisando las cosas de mi padre, o si no, terminaría en problemas. Necesitaba saber qué había allí, ya lo revisaría luego de la comida. Saqué el libro conmigo y tomé el almuerzo, pero Greta ya no me quitaba los ojos de encima, así que no me quedó más remedio que sentarme en el sillón a leer.
Había hojeado algunas páginas cuando llegó mi padre junto a Adrien, al parecer habían salido de compras y yo terminé en medio del asunto pues algunas compras eran para mi. Mi padre se ausentaría y sabía que ese era el momento perfecto para ir a investigar y Adrien me ayudaría.
Subimos a la habitación y antes de entrar en cualquier tema, necesitaba aclarar lo que había pasado.
— Ahora si podemos hablar de lo que pasó anoch e — dije después de pasar el seguro a la puerta y darme cuenta que mis manos temblaban.
— Irina... Yo no sé que decirte — dijo Adrien — a mí me gustó mucho hacer el amor contigo.
Hacer el amor... Para él no había sido solo sexo y ya ¿O si?
— Yo no creo que sea algo que deba repetirse — dije, aunque era evidente que yo si quería repetir y casi pude sentir como palpitaba mi entrepierna y recordé el dolor latente allí — Francamente creo que hemos ido muy rápido.
— A mi me parece que tenemos tiempo suficiente Irina
— dijo él — ¿Quiénes somos para juzgar la velocidad con la que van las cosas? Tú me gustas, me gustas hace mucho, me muero por hacerte el amor cada día durante el resto de nuestras vidas.Se acercó y puse mi mano en su pecho para detenerlo y darme cuenta que su corazón latía rápido.
— Hace dos semanas te estabas acostando con Katharina — le recordé — ¿Entiendes lo importante de llevar las cosas con calma?
— Tu padre no tiene tiempo de llevar las cosas con calma — quise objetar que mi padre no tenía nada que ver, pero lo dejé explicar — hoy lo acompañé al médico, el tumor es grave pero... — ¿Pero? Antes no había peros — pero hay un tratamiento experimental que él puede recibir, pero tu padre es terco y se rehusa a recibirlo.
— Creo que es momento de hablar con mi padre y decirle que sé la verdad — concluí
— Yo he pensado que tu padre necesita motivación — Adrien sonaba pensativo — osea, ya él cree que somos pareja, que tenemos una relación larga, que vamos a casarnos... Y aún así quiere morir... — hizo una pausa y se separó de mi para dar algunos pasos por la habitación — ¿Qué te parece si le decimos qué estás embarazada?
Si pensaba que las cosas iban demasiado rápido esto podía complicarlo aún más, ya estábamos mintiendo, y una mentira seguía llevando a otra. Cada día parecía complicarse más.
Sin darme cuenta negué con la cabeza y Adrien argumentó.
— Piénsalo, tu padre no tiene motivación suficiente en este momento, quizás si le decimos que vamos a darle un nieto, sienta la necesidad de vivir y así quiera tomar el tratamiento — su idea no era mala, pero mi padre no era tonto.
— Adrien — me acerqué y puse una de mis manos en su rostro — si le digo a mi padre que estoy embarazada hoy, mañana mismo me llevaría a hacerme una ecografía.
Adrien se quedó en silencio, era inteligente, pero no conocía a mi padre.
— Tienes razón — dijo con decepción ¿Acaso a él le estaba gustando la idea de esta mentira? — solo fue una idea que se me ocurrió de camino
— me señaló las bolsas y se sacó una cajita del bolsillo y también la puso sobre la cama — Esto tienes que tomarlo, por lo que pasó anoche...yo tomaré un baño— Adrien — lo detuve — si vamos a continuar aquí, juntos, vamos a necesitar algunas reglas — mencioné
— ¿Reglas? — preguntó
— Si — asentí — por ejemplo, no podemos volver a acostarnos
— ¿Eso quieres? — preguntó, seguía pareciendo decepcionado — yo no quiero hacer nada que tú no quieras
— Yo no quiero terminar más confundida de lo que ya lo estoy — objeté y el se acercó
— Irina yo solo quiero estar contigo — lo dijo casi en un susurro — Me encantas y cada día que paso contigo, más me enamoro — admitió y se acercó a mis labios para besarme
Yo cerré mis ojos y me perdí en sus labios, yo estaba no podía negarme, estaba completamente perdida
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Novio Prestado
RomanceCuando Irina Salvatore le pide a su mejor amiga Katharina Cohen que le preste su novio, ella jamás imagina el caos que está a punto de desatar. Irina necesitaba un novio para que su padre, el gran Marcus Salvatore la dejase en paz y así poder contin...