Capítulo #19

193 11 2
                                    

Irina

Subí las escaleras a regañadientes, yo quería enfrentar a mi padre pero la verdad es que tenía las emociones a flor de piel, estaba entrando en fase hormonal y al mismo tiempo, estaba ligeramente alcoholizada, así que lo mejor era guardar silencio y esperar por Adrien, porque algo era seguro, mi padre lo enviaría a mi habitación a dormir conmigo, porque después de todo eramos pareja ¿No?

Me sentí tentada a quedarme escuchando la conversación, pero Greta se paró en la puerta de la que sería mi habitación, era evidente que estaba bien instruida y si yo me quedaba escuchando, ella le diría a mi padre.

La miré con desdén y entré a una habitación enorme, efectivamente me recordó a la habitación de mi casa en Italia, donde crecí, sin embargo, comparada con la habitación de mi departamento, esta era una habitación gigante. La decoración era bastante neutra, muy adulta, mientras que mi habitación siempre había tenido toques rosa, porque mi madre me había criado como toda una princesa.

Pero esta habitación era tan amplia que hasta tenía un vestier, toda una habitación destinada a la ropa, con espejos, Super lujosa. En uno de los rincones colgaba una bata de seda blanca con un camisón de seda qué iba por encima. Aproveché que Adrien aún no subía y tomé una ducha, había una tina inmensa en la habitación, con una ducha con puertas de cristal. El baño era casi del tamaño de la habitación de mi departamento.

Tomé una ducha de agua tibia, necesitaba relajar mi cuerpo, había estado tensa porque mi intención al venir a casa de mi padre, solo era discutir con él, enfrentarlo. Pero al final no había podido.

Salí del baño y me vestí con la bata que había encontrado, junto con un juego de ropa interior sin estrenar. Mi padre había pensado en todo y lo agradecía. Me senté en la cama a textear mientras esperaba a Adrien, le escribí un mensaje a Emilia para pedirle que se encargase se la Boutique porque no iría a trabajar al día siguiente y mientras esperaba su respuesta, me quedé dormida.

Me despertó el ruido de la puerta de la habitación abriéndose y lo que temía, ocurrió. Mi padre volvió a emborrachar a Adrien y aunque estaba tratándo de mantenerse erguido, era obvio que luchaba por mantenerse en pie. Tomando en cuenta que ya habíamos tomado vino y que el. Whisky que tomaba mi padre era de los mejores, entendí que probablemente lo que necesitaba era una buena siesta.

Aunque la situación me resultaba graciosa, tenía que ocultarlo, así que solo lo regañé, pero él fue muy ágil, me tomó completamente desprevenida y me agarró de la cintura, me pegó a su cuerpo y me besó en los labios. Al principio el beso era suave y poco a poco fue aumentando la intensidad. Si bien me tomó por sorpresa, yo lo deseaba, también estaba alcoholizada, así que lo único que quería era obedecer a mi cuerpo, hacer caso a mis deseos y lo único que deseaba con todo mi ser, era besar a Adrien.

Pasé mis manos por detrás de su cuello y me perdí en sus labios, estábamos hechos para estar allí, juntos, con nuestros labios bailando en una sintonia armónica y con nuestras lenguas comenzando a tocarse. No sé que estaba pasando, pero la temperatura de la habitación de repente había aumentado. Nuestras respiraciones iban más rápido, casi al unísono y de repente mi piel se erizo por completo, sus manos subían lentamente por mis costados y con la yema de sus dedos  comenzó a acariciar el borde de mis pechos. Solté un gemido en sus labios cuando la yema de su pulgar ascendió lentamente y rozó el borde de mis pezones.

De repente entendí aquello que la gente dice de que "la ropa estorba", efectivamente, en ese momento sentía un gran calor en mi interior, quería quitarme la ropa pero cuando la pasión nos fue llevando hasta la cama y terminé acostada debajo de él, con él entre mis piernas, la parte racional que aún quedaba en mí, me hizo interrumpirnos.

Novio PrestadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora