Blaire Jones Parker, una mujer en busca de encontrar la chispa de adrenalina que necesita en su vida. Aunque muchas veces lo que deseas está más allá de lo que puedes controlar:
-Vi algo bueno en ti, Harry.
-Lastima que solo sea un espejismo.
Harry...
Su gran idea había sido ir a un hotel, y no cualquier hotel sino el más lujoso de New York. Pidió la habitación más costosa y sin contar que pidió el almuerzo y el servicio de habitación aparte. Era la primera vez que estaba a solas con un chico, en ropa interior en una habitación lujosa con una hermosa vista y muriendo de hambre.
—Puedes ducharte si quieres, para calentar tu cuerpo —Tomo asiento en un sofá — buscaré una película para pasar el rato hasta que tu atuendo se seque.
Solo le hice caso para buscar el baño, apenas lo encontré note lo enorme que era, la ducha era del tamaño de mí habitación y mis ojos se brillaron aún más al ver una hermosa tina, siempre quise una con masajeadores. Quite la chaqueta de Harry para luego quita mí ropa interior para comenzar a llenar la tina y iniciar mí baño relajante. Cuando ya llevaba unas horas dentro de la tina escuché tocar la puerta, no me dio tiempo a responder cuando ya tenía a Harry dentro.
—Harry —Me queje cubriendo mí cuerpo con la espuma, el solo sonrió divertido, en sus manos tenía una bolsa roja.
—Te compré algo hasta que tu ropa se seque, espero que te guste —La dejo en una pequeña mesa — se ve cómodo allí.
—Podrias salir...
—Por supuesto, el almuerzo está listo —Menciono llendo hacia la salida — no tardes hermosa.
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Harry me había comprado un vestido, era hermoso y elegante, se adaptaba perfecto a mí silueta me marcaba mucho los pechos y que decir la ropa interior, era de encaje de color negro. Simplemente perfección. Salí del baño, allí en la pequeña sala junto a la gran habitación se encontraba Harry mirando por la ventana.
—¿Cómo me veo? —Le pregunté dando medios vuelta.
—Demasiado perfecta —Me miro de pies a cabeza — fue una buena elección de vestido.
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—Aunque creo que es muy corto —Te miraste en el enorme espejo que estaba cerca de la cama.
—Puedes cambiarlo si quieres, en la bolsa está el ticket.
