Blaire Jones Parker, una mujer en busca de encontrar la chispa de adrenalina que necesita en su vida. Aunque muchas veces lo que deseas está más allá de lo que puedes controlar:
-Vi algo bueno en ti, Harry.
-Lastima que solo sea un espejismo.
Harry...
Del amor al enojo, y de nuevo al amor era la forma en la que Harry se expresaba. En toda la cena junto a la familia de Gwen y sus amigos, me mantuve en silencio, Harry hablaba y hablaba sobre negocios y todas las ganancias que obtenía. Peter me preguntaba a cada rato si algo había ocurrido pero negué todo, ya que apenas estaba aceptando la relación con Harry y quería que todo se mantuviera calmado.
—Algún día toda esa fortuna se irá a mí futura esposa, ¿No es asi Blai? —Dijo Harry sacándome de mis pensamientos, lo mire sin responderle nada, ni siquiera una sonrisa, nada.
—No hablemos de compromisos ahora, Harry —Hablo Peter —. Ahora quiero hacer un brindis por Gwen y que siga brillando como siempre lo hace.
—Toda la razón amigo, hay que brindar por esta bella señorita y que sus sueños se cumplan —Harry levanto su copa al igual que la mayoría del lugar, levanté mí copa con molestia para brindar por Gwen. No sé si los celos se habían mezclado con mí enojo, pero no me estaba gustado para nada la cena, menos ver la mirada que Harry tenia al ver a Gwen.
—¿Por qué está cara, paso algo entre tu y Harry? —Pregunto Peter. Aunque creo que el sabía a la perfección lo que estaba pasando, no había nadie más en el mundo que me conociera tanto como Peter.
—Nada, todo está bien.
—Esos ojos llorosos y esa mirada pérdida, la conozco perfectamente Blai. Sabes que puedes confiar en mí, estoy aquí.
—Tu novia te necesita primo, ve y baila con ella un rato.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Necesitaba mantener la mente fría, se que Gwen no sería capaz de coquetear con alguien que no sea Peter, ¿O si? Ella... Ella no es esa clase de chica, se que no lo es. ¡Diablos! Si seguía pensando esto iba a acabar mal. Solo mí mente podría crear escenarios que nunca pasarían, Gwen solo tiene ojos para Peter. Mí primer impulso fue dejar todo para subir a la sotea del edificio, necesitaba despejar mí mente, no estaba pensando con claridad.
—La fiesta es adentro —Ni siquiera me di la vuelta, reconocería esa voz a quilometros. La ciudad se veía hermosa de noche, y tenía una gran vista de toda la ciudad desde lo alto del edificio —¿No escuchaste?
—No quiero ver cómo le coqueteas a la novia de tu amigo delante de él.
—¿Celosa?
—Seria una estúpida si te respondiera que si —Me di la vuelta para mirarlo, si estaba sumamente celosa pero no podía decirnos, no si no quería quedar mal por desconfiar de la novia de mí primo —, no estoy celosa.
—¿Sigues molesta por lo del vestido? —Se acercó a mí para tomar una de mis manos — se que no debí actuar de ese modo, pero quería verte con ese vestido esta noche.
—El rosa no es mí preferido.
—Lo se, pero quería ver a mí chica con un hermoso vestido —Con su mano derecha acaricio mí mejilla —, si no conseguimos convencer al hombre araña de darme su sangre, tal vez podría...
