Blaire Jones Parker, una mujer en busca de encontrar la chispa de adrenalina que necesita en su vida. Aunque muchas veces lo que deseas está más allá de lo que puedes controlar:
-Vi algo bueno en ti, Harry.
-Lastima que solo sea un espejismo.
Harry...
Crei que había sido solo una broma de mí tía cuando me dijo que iba a entrar en la nueva secundaria, al menos solo tenía que soportar unos cuantos meses y luego a la universidad. No me emocionaba para nada asistir, se supone que mis padres me habían mandado a NewYork por solo cuatro meses, pero al parecer estaba siendo otra mentir mentira más a la lista, ¿Debía sorprenderme?
—¿Quieres que venga por ti? —Pregunto Peter, quien se había despertado muy temprano con el único propósito de acompañarme a clases.
—Puedo irme en autobús, no te preocupes.
—¿Segura? —Asenti con la cabeza para bajarme del taxi, no sin antes darle un abrazo —te quiero Blai.
—Tambien te quiero, Peter.
—Suerte en tu primer día, estudia mucho.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El director del establecimiento me había dado una larga charla de bienvenida, donde solo me advertía que sería difícil para mí relacionarme, ya que al ingresar a mitad de año sería un gran obstáculo, y que esperaba que hiciera amigos y tuviera buenas notas. Como si dependiera de una amistad para ser alguien en la vida, idiotas. No era el mejor lugar, pero al menos tenía una enorme biblioteca llena de libros de toda clase de géneros.
—Bienvenida señorita Parker, un gusto tenerla con nosotros —Escuche decir, di un gran suspiro para prestar atención. Al mirarlo me había dado cuenta que se trataba de Zack, el amigo o ex mejor amigo de Harry —, parece que viste un fantasma.
—Gracias por la bienvenida, si no le importa debo irme.
—¿No me recuerdas ahora, bella Blai?
—Debo ir a clases... Señor.
—¿Segura que no me recuerdas? —Se acercó hacía mí, le respondí con un gran "No" obviamente lo conocía pero no iba a decir de donde o como nos habíamos conocido, solo sería un secreto — por qué yo no puedo olvidarme de esos dulces labios sobre los míos.
—Vete al diablo.
—¿No recuerdas aquel beso que nos dimos junto a... —Se quedó pensando unos segundos, sabía que se trataba de Lexy y nuestra salida de fiesta — tu amiga. Aunque debo admitirlo, solo acepte aquel beso por qué quería besarte a ti.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
