El tiempo que estuvimos juntos

Despedida

El día transcurrió como de costumbre y al caer la noche Wei Ying y Lan Zhan se encontraron en el sitio pactado.

- La luna está tan bonita como el día que nos conocimos, ¿no te parece? — Dijo Wei Ying señalando el cielo.

- Mn. — Asintió Lan Zhan.

Después de un momento, Wei Ying tomó la mano de Lan Zhan mientras temblaba ligeramente.

- ¿Tienes frío? — Preguntó Lan Zhan apretando su mano.

- No es eso jaja... — Dijo Wei Ying mientras reía. - Lan Zhan, ¿qué sientes cuándo me tocas? — Preguntó sujetándolo con ambas manos.

- ...

- No puedes sentir nada, ¿verdad? — Dijo Wei Ying soltando su agarre.

- Tu calor. — Respondió Lan Zhan.

- ¿Eh?

- Puedo sentir el calor de tu cuerpo. — Replicó Lan Zhan sujetándolo de nuevo.

- Jajaja, tienes razón, yo... también puedo sentir tu calor Lan Zhan. — Dijo Wei Ying sonriendo. - Pero no puedes sentir nada más, ¿verdad? — Agregó.

Lan Zhan no sabía que responder, era cierto que le parecía extraño su falta de energía, pero no quería incomodar a Wei Ying diciendo algo indebido.

Mientras Lan Zhan pensaba en su respuesta Wei Ying se levantó y comenzó a correr.

- ¡Dije que hoy debías atraparme! — Gritó mientras se alejaba a toda velocidad.

- ¡Wei Ying! — Gritó Lan Zhan sorprendido.

Al rato Wei Ying fue capturado con facilidad.

- ¡Jajajaja! ¡Deberías haber visto tu cara Lan Zhan! — Dijo mientras reía a carcajadas.

- Ridículo. — Murmuró Lan Zhan.

- Jajaja... Lan Zhan... — Dijo Wei Ying mientras acariciaba su rostro delicadamente.

- ¿Mn?

- Yo... tengo que irme. — Soltó finalmente.

Lan Zhan se quedó congelado tras escuchar esas palabras.

- (¿A dónde? ¿Por qué? ¿Volverás?) — Todas esas preguntas inundaban su cabeza, pero no pudo decir ninguna por temor a su respuesta.

- No pongas esa cara... — Dijo Wei Ying preocupado.

- ¿Eh? — Respondió Lan Zhan.

No sabía que clase de expresión se mostraba en su rostro, pero de pronto sintió unas cálidas gotas de agua rodando por sus mejillas.

- Por favor... no llores. — Suplicó Wei Ying mientras lo abrazaba.

- (¿Lágrimas?) — Pensó Lan Zhan sorprendido.

Lan Zhan había olvidado la última vez que lloró, así que sentía como si esta fuera su primera vez haciéndolo.

No entendía por qué Wei Ying tenía que irse, pero de algún modo sabía que nada de lo que hiciera o dijera lo harían quedarse. Así que simplemente devolvió su abrazo mientras lloraba en silencio.

- Lan Zhan... te quiero...

Esas fueron las últimas palabras que el joven jade escuchó decir a Wei Ying antes de no volver a verlo nunca más.

Continuará.