A la mañana siguiente Wei Ying fue a molestar a Lan Zhan como de costumbre.
- Lan Zhan, ¿por qué no te diviertes con los otros aprendices en lugar de encerrarte en la biblioteca? — Preguntó Wei Ying mientras espiaba al joven jade desde la ventana.
- Silencio. — Respondió Wangji.
- Vamos Lan Zhan, debes hacer amigos. — Dijo Wei Ying con tono suplicante.
- No es necesario. — Respondió Lan Zhan tranquilamente.
- Agh, que antipático... hablo en serio, ¿con quién pasarás el rato cuando yo no esté entonces? — Insistió Wei Ying.
- ...
Lan Zhan se quedó en silencio, todo el tiempo que pasaba con Wei Ying sentía que sería el último, una ansiedad inexplicable invadía su cuerpo con cada palabra que insinuaba su partida, era como si en cualquier momento fuera a desaparecer si apartaba la mirada.
- "...últimos días..." — Murmuró Lan Zhan para si mismo.
- Wei Ying. — Dijo Lan Zhan mientras lo miraba nerviosamente.
- ¿Mn? — Respondió Wei Ying.
- Tú... ¿a dónde irás? — Preguntó Lan Zhan con un rostro tenso.
- ... — Wei Ying estaba muy nervioso, no era como su pudiera contestar honestamente su pregunta. - ¿Yo? Eh... tal vez vaya a otra secta, estar aquí es muy aburrido con tantas reglas. — Respondió bromeando. - Pero no te preocupes joven maestro, aún tenemos tiempo. — Añadió mientras sonreía.
- Ridículo. — Murmuró Lan Zhan y siguió en lo suyo.
La mañana transcurría con normalidad pero cuando Lan Zhan levantó la mirada no había rastro de Wei Ying.
En ese momento su corazón dio un salto, lo buscó con la mirada por todo el lugar pero no estaba ahí.
- ¡Lan Zhan! — Se escuchó un grito fuera de la ventana. - (¡Wei Ying!) — Pensó Lan Zhan mientras se asomaba a mirar.
- ¡Mira Lan Zhan! ¡te conseguí unos amigos! — Vociferó Wei Ying sonriendo mientras le enseñaba un par de conejos que había capturado.
Al verlo ahí, tonteando como de costumbre, Lan Zhan sintió un gran alivio.
- ... Ridículo ... — Murmuró.
Continuará.
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El tiempo que estuvimos juntos
FanfictionMundo alternativo de MDZS. Una vida, una muerte, así debería ser, pero ¿qué sucedería si tuviéramos una prorroga de lo inevitable? ¿Sería una bendición o un castigo?