Keira subió al monte, mirando a todos sus lados mientras las tres hadas revoloteaban a su alrededor.
Estaba preocupada por las dos humanas que antes había dejado en la Mesa de Piedra. Keira miró al ejército Narniano y tembló. Eran demasiados.
Keira se posicionó al lado de Edmund.
—¿Se sabe la poesía, mi señora?—Dijo la rubia.
—¿Qué poesía?
—¡La poesía que debe gritar! ¡Los reyes te lo decían todas las noches! Debes acordarte —La tres hadas dieron una palmada y de repente se encontraba en su tienda. Sentada.—. Apunta la poesía correcta, cuando lo hagas podrás tener el poder.
Las tres chicas salieron con un chasquido y dejaron a la pelirroja sola, Keira no tenía ni idea de que hacer. Desde que sabía la verdad nunca se había preguntado si sabía esa poesía.
Pero, ¿como iba acordarse de la poesía cuando no se acuerda de sus padres de sangre? Keira se pasó las manos por la cara, estresada.
"
La pequeña pelirroja corría mientras su padre intentabas pillarla, su madre sonreía desde lejos.—Pero, ¡señora! La princesa Keira tiene clase de magia por la mañana y no debe acostarse tarde.—Dijo la hada rubia, Nika.—. ¡Se dormirá de sueño cuando llegue el profesor!
La reina alzó la mano, en señal de que se callara. Nika hizo un puchero pero no protestó.
—Nika tiene razón. Aron, deja de jugar con Keira —Reprimió la reina. La pequeña pelirroja hizo una mueca al escucharla y apresuró sus pasos.—. Mañana debe estar su vestido listo. Diles a Nicasia y a Hyemu que te ayuden. Puedes irte, Nika.—Nika asintió e hizo una reverencia, mientras volvía a su tamaño normal, una hada pequeña.
Aron pillo a Keira y la alzó en brazos, dándole besos por toda la cara mientras la acostaba en su cama. La reina Jocabed acarició a su niña de dos años.
—¿Quieres escuchar la quinta poesía?—Dijo el rey con una voz que cualquiera de sus súbditos negarían que salió de su voca. Keira asintió feliz.—. Cierra tus ojos.
"
Keira abrió los ojos sobresaltada al escuchar a alguien entrando, miró quien era y pudo ver a su amigo.
—¿Qué haces aquí?—Gritó enfadada.—. Fuera.
Keira se dio cuenta que el señor Jacobs estaba armando, una espada en la mano. Apuntándola a ella.
Keira no sabía manejar la espada, la Bruja Blanca nunca tuvo el valor de enseñarle, Keira supone que tenía miedo por si algún día ella llegaba a ser mejor que ella.
—Lo siento. Nunca quise hacer esto—Dijo el señor Jacobs. Estaba llorando pero no bajaba la espada.—. Hazlo por las buenas, por favor.
Keira miró a él y a la hoja, se había acordado de la poesía, tenia que apuntarla. En cualquier momento se le podía olvidar.
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𝐋𝐀𝐒 𝐂𝐈𝐍𝐂𝐎 𝐏𝐎𝐄𝐒Í𝐀𝐒.||. Las Crónicas de Narnia.
Fiksi PenggemarKeira, una chica especial que ha vivido toda su vida en una mazmorra, se encuentra con cuatro chicos que hará que su futuro cambie. || Peter Peviense.