CAPITULO 21

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Miles de pensamientos llenos de miedos e inquietudes bombardeaban violentamente mi mente ¿Qué será del Abuelo? ¿Qué será de ella? No puedo parar de darle órdenes equivocadas a mi cerebro.    



- ¿Lo lleváremos al apartamento o a la casa? - dijo uno de los hombres.



Abrí mis ojos completamente intentado apreciar aún que sea algo, pero todo era inútil me encontraba encapuchado, no podría ver absolutamente nada y con mis manos atadas a mi espalda, el dolor que siento no se limita solo al dolor físico, sentí como el auto paraba y como los hombres bajaban para abrir la puerta de la parte trasera que era donde me encontraba,  volvió entonces aquel agarre fuerte que me impedía moverme, no quería caminar, sabía que al entrar por cualquiera puerta o sitio podría significar mi terrible perdición.



Mientras que a la vez lo ubico que también rondaba por mi cabeza era que le había prometido al abuelo no cambiar, pero sobre todo, lo más importante era que le había prometido a ella ayudarla.

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