❝Prólogo❞

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Una chica de rulos despertó, otro día más viviendo en la casita Madrigal.

Comenzó a vestirse para después poder bajar y desayunar.

—Eres un orgullo para tu familia —se recordó antes de abrir la puerta.

Comenzó a caminar por el pasillo a paso rápido y bajar las escaleras.

—¡Buen día abuela! —saludó alegremente a la fotografía en la pared, como todos los días.

Su abuela Alma, ella fue demasiado linda. Su parecido lo había heredado Isabela, la chica perfección de la familia.

Al pasar por el pasillo hacia la cocina las ventanas del lugar comenzaron a abrirse al paso de la Madrigal. Tomó varios platos para acomodarlos en la mesa con ayuda de casita, quería tener todo listo para el desayuno.

—¡Hey!, ¿cuándo veremos el nuevo don mágico? —se escuchó la voz de un niño por la ventana.

—La ceremonia de mi primo será hoy —respondió Mirabel.

—¿Cuál es su don? —cuestionó ahora una niña morena.

—Lo vamos averiguar —canturreo la Madrigal.

—¿El tuyo cuál es?

—¿Quiénes preguntan? —alzó su mentón la chica.

—¿Nosotros? —respondieron los tres niños al unísono.

—Bueno "nosotros", no les contaré sobre mí nada más —negó—. Yo formo parte de los sorprendentes Madrigal —señaló una pintura de su árbol genealógico en la pared.

—¿Cuáles sorprendentes Madrigal? —cuestionaron ansiosos los tres.

—Ahg, ¿no van a dejarme en paz, verdad? —cuestionó burlona—. Casita, ¡ayúdame!

Y tal y como lo dijo, esta comenzó a ayudarle a hacer un sonido con el cual comenzó una canción. El canto era algo que realmente le encantaba, sentía como podía expresar a la perfección lo que quería decir.

Wow, no hay que olvidar, el abuelo lleva el show
Wow, nos trajo aquí y a todos nos cuidó
Wow, y cada año hay más bendición
"No es poca cosa", siempre digo yo, ¡sí!

Todos los integrantes aparecieron al instante, algunos tomaron un poco de tinto mientras otros sólo salieron hacia el pueblo.

Los niños; Alejandra, Juancho y Cecilia, salieron detrás de Mirabel cuestionando sobre los que conformaban a los Madrigal y lo más asombroso para ellos, sobre los dones de estas personas.

Mi tía Pepa, su humor afecta el clima
Si está indispuesta, pues, los tiempos raros son
Mi tío Bruno~

Mirabel miró a su alrededor y pudo ver algunas expresiones incómodas y molestas.

Podía ver el futuro, él desapareció


Susurró siendo solamente audible para los niños.

Luego de eso siguió cantando sobre sus demás familiares, hasta que finalmente terminó. Se sentía satisfecha con la canción que había compuesto, su abuelo Pedro se sentiría demasiado orgulloso de ella al saber que ya había terminado lo que empezaron juntos; suspiró y comenzó a caminar de nuevo a casita.

—Pero, ¿cuál es tu don? —se interpuso un niño en su camino.

Ah
Me tengo que ir, la vida de un Madrigal
Pero conocieron más de los Madrigal

Real you [Camilo Madrigal] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora