❝Capítulo 3❞

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Encontrar a la pareja perfecta siempre serían algo difícil, tener perspectivas sobre una persona era muy común pero que las cumpliera era lo complicado.

Los Madrigal eran como los monarcas del lugar, siempre llamando la atención y siendo considerados perfectos por todo el pueblo, era por eso que necesitaban seguir con esa vista, y era por eso que necesitaban encontrar la perfección.

—¡No! —María lanzó ropa por su habitación—, ¡no! ¡no! ¡no! —se tiró en su cama mientras lloriqueaba.

—Okey, esto es lamentable —_______ miraba desde el marco de la puerta.

Catalina miró seriamente a su hija pero no le dijo nada, se acercó a su sobrina e intentó tranquilizarla.

—Toda esta ropa te queda bien, ¿qué es lo malo?.

—El señor Pedro es muy exigente, y yo realmente quiero llamar su atención —se señaló.

—Entonces tienes que lanzarle un tomate —________ bromeó—, con eso llamarás completamente su atención —comenzó a reírse.

—Tus bromas son pésimas —regañó Catalina.

—Je, lo sé —se acercó y se sentó al otro lado—. María, tú eres muy linda. Estoy segura que incluso con una bolsa de basura llamarías la atención de todos.

Y no mentía, su prima era considerada como una de las más bonitas del pueblo. Su largo cabello castaño con ondas en las puntas, sus ojos color miel, su piel aperlada junto a un cuerpo delgado eran simplemente lindo.

—Camilo incluso vino a darte un regalo, estoy segura que si le agradaste a él también lo harás con su abuelo —animó la señora.

—Sí... —María detuvo su crisis—, ¡Sí! —se puso de pie—. Yo seré la elegida para ser la novia de Camilo, y nada me lo va a impedir —sonrió.

Comenzó a buscar las prendas correctas, necesitaba ordenar todo y elegir los accesorios correctos. Algo sutil pero llamativo, eso era lo que necesitaba.

Luego de una hora de estar frente al espejo pronuncia aquellas dos palabras, —Estoy lista.

—Okey, ¿pero por qué yo también tengo que hacer esto? —________ observó su reflejo.

—Te ves linda —Catalina sonrió.

El peinado que llevaba era muy exagerado para su gusto, algo con demasiados rizos y orquillas. Y sobre este, una diadema de brillos color violeta que hacía juego con su falda.

María tenía casi el mismo peinado, a diferencia de que ella había agregado un trenzado a cada lado de su cabeza.

—Claro —sólo se limitó a sonreír, después de todo, quien la había peinado era su madre y no quería hacerla sentir mal.

El peinado era lindo pero sin duda ella prefería algo con lo cual se sintiera libertad incluso en el cabello.

🦋

—¿La comida, las bebidas? —cuestionó Pedro a su hija, Julieta.

—Todo está listo, padre.

—Bien —sonrió—. Será un día largo así que necesitamos estar preparados. Pepa —llamó mientras la buscaba con la mirada—, asegúrate de mantener el día agradable.

Asintió, —Por supuesto.

—Creo que todo está listo.

Real you [Camilo Madrigal] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora