❝Capítulo 16❞

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De nuevo era Lunes, pero por suerte ya había finalizado ese primer día de la semana. Dos jóvenes caminaban por el sendero de regreso a su casa luego de haber terminado su respectivo examen del día el cuál había sido de Español.

—Fue algo demasiado loco, yo estaba ahí cuando de pronto me lanzó un pastelito en la cara —expresó molesto—. Alejandra está siendo muy berrinchuda últimamente.

Héctor le contaba una pequeña anécdota de su fin de semana a su compañera, pero la mente de ________ estaba en otro lado al igual que ayer, que por cierto, la única manera de poder estar tranquila fue quedarse en su habitación la mayor parte del día y que por suerte Camilo y María salieron en un paseo que duró horas. Eso la ayudó bastante.

La imagen de ellos juntos volvió a su mente y sintió como su cuerpo se erizaba por completo.

Mierda, ¿por qué me emborraché esa noche?. Llevó su cabeza hacia atrás con arrepentimiento, aunque en su defensa ella pensaba que esa bebida era jugo.

—¿Ya me dirás que sucede?  —Héctor se detuvo de golpe, _________ al ver eso lo imitó y giró sobre sus talones para verlo—. Has estado así desde que te vi por la mañana, espero que si hayas contestado bien tu examen.

—Lo hice —acomodó la mochila sobre su hombro—. No fue tan complicado como pensé.

—Si si, pero responde. ¿Qué sucede? —se veía un poco preocupado.

Vaciló por unos segundos, —¿Tú... has besado a alguien? —sus ojos se hicieron pequeños, mordió sus labios.

Héctor se veía un poco impactado, —¿Q-qué? —sacudió su cabeza—, no, aún no.

_________ se retorció incómoda en su lugar.

—¿Te besaste con alguien? —una sonrisa apareció en su rostro—, sabía que esa obstinación terminaría en enamoramiento. ¿Quién es el afortunado? —se acercó a ella con interés.

—No hablaba de mí —desvió la mirada—. Sólo fue una tonta pregunta.

—Que pésima mentirosa eres —se burló.

Lo miró con desagrado y él dejó de reír. Soltó el aire de sus pulmones, —Aún no me siento lista para decirlo —con eso, Héctor afirmó que si se trataba de ella—, ni siquiera puedo asimilarlo. Tampoco sé si fue real —sólo lo había visto en su mente por unos segundos que fueron veloces.

Asintió comprensivo, —De acuerdo, si algún día quieres hablarlo aquí estaré para ti —quería decir algo más pero se veía dudoso—. De hecho también quiero decirte algo, pero aún no estoy muy seguro y quiero... —sus manos se movieron—, seguir pensando un poco más —agregó con un tono nervioso.

—Algún día podemos hablar de eso.

—Héctor —una señora un poco regordeta saludó a lo lejos, vestía con una blusa blanca y una falda verde decorada con flores junto a unos zapatos cafés. En su brazo cargaba algunos trozos de tela mientras que en su hombro traía una bolsa.

—Madre —se acercó a encontrarla—, te ayudo —le quitó el peso del hombro— ¿A dónde vas?.

—A la Primaria, soy la encargada de los vestuarios de los niños —informó, su vista pasó de su hijo a la chica con cabello rubio oscuro—. Buenos días señorita —sonrió amable.

Ella hizo un pequeña reverencia, —Buen día.

—Acompañaré a mi madre a la escuela —Héctor se giró a ver a su amiga—. Nos vemos mañana —sonrió.

La señora, de nombre Helena, le dio un codazo al chico, —¿Por qué no vienes con nosotros?, necesitaré ayuda con algunas medidas y mi hijo no es de mucha ayuda —habló sin pena.

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⏰ Última actualización: 7 days ago ⏰

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