SALVANDO UN NAUFRAGADO CORAZÓN.

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SALVANDO UN NAUFRAGADO CORAZÓN.

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Me advierten "mira, no juegues con fuego,

respeta al menos las reglas del juego

o hazte a la idea de tener a mano un extintor".

Besos cómo balas / L.E. Aute.


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Cómo maestro del autocontrol, resultó ser un fracaso.


La fiesta terminó cuando Cheol se puso a gritar a medio mundo que aquello había concluido, claro, él podría haber aprovechado el tiempo asesinándolo si aquél sinvergüenza barbaján llamado Hyung Jun, no lo hubiera orillado a buscar su habitación. Recibió el mensaje de Cheol "es todo, me voy con la abuela a contarle alguna historia" y el muy ingrato ni siquiera se dignó a buscarlo. De hacerlo, quizás no hubiera ocurrido...


Esa noche, aquella noche.


El mundo odioso se extinguió y sólo existieron caricias furtivas en la oscuridad. Hyung Jun tocó en los lugares precisos y la estúpida monotonía seguramente, fue el punto clave para que él cediera. Porque llevaba tiempo sin estar con nadie, porque llevaba tiempo concentrándose en el trabajo, preocupándose por Hyun Joong y ahora por Kyu Jong. Porque unos labios reconociendo los suyos de pronto parecieron tan dulces, y aquellas manos adentrándose aquí y allá, encendieron sus apagados deseos.


El amor no es de una noche, se juraba a sí mismo Jung Min, y sin embargo, estaba ahí, en esos momentos, con una figura desnuda a su lado. Una figura con rostro de niño, pícaro y seductor.


Intentaba sentirse pesaroso, sin embargo, aún quedaban rezagos de la noche vivida y eso le hacía imposible cualquier forma de arrepentimiento. La luz comenzaba a entrar por la ventana, era hora de terminar esa locura. Sacudió por el hombro al sujeto aquél logrando sólo un quejido de su parte. – Es hora de que te marches. – Le dijo.


- ¿Qué? ¿Por qué? – Murmuró aquel sinvergüenza abriendo sólo un ojo, levantándose un poco para volverse a derrumbar sobre la almohada. - ¡Hoy es domingo!


- Mira, Hyung Jun... lo sucedido anoche...


Hyung Jun entreabrió los ojos, lo miró con un inicio de sonrisa. – ¿No me digas que te arrepientes? ¿No crees que somos demasiado mayorcitos para eso?


- ¡Esto no tiene que ver con la edad! ¡Se trata de principios!


Hyung Jun se levantó con pereza, y puso un dedo en sus labios. – Shhhht... el problema es que piensas demasiado. – Besó su hombro, saboreó una vez más su piel. – Deja de pensar, la vida se hizo para vivirla... y muy pronto se acaba.


- ¿Ahora resulta que te pondrás a filosofar sobre la vida? – Inquirió Jung Min irónico.

Las cuatro y diez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora