LAS CUATRO Y DIEZ.
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A MEDIA TARDE.
El roce de sus zapatos contra el suelo parece amplificarse en el silencio de media tarde. Avanza casi con miedo, la ausencia de ruido en la casa le parece tan angustiosa como anormal. Tal vez, después de todo, Young Mi cumplió su promesa de marcharse, dejándolo para siempre solo. La angustia le seca la voz, le quema la garganta. Sacude sus intestinos y clava astillas en su pecho. No podría marcharse, no. Ha sido su súplica durante esos últimos años. Sube las escaleras y se dirige a la habitación. El alivio que siente al ver a los gemelos en sus cunas es tan enorme que lo deja sin respirar un segundo. Sólo un segundo, lo mismo que dura el alivio. Sucede algo extraño y Hyun lo siente en la piel, lo palpa con el corazón. En silencio se mueve evitando con ello despertar a los pequeños. Young Mi no los dejaría solos. Lo sabe. A menos que...
La sospecha lo hace correr hacía el baño, abre la puerta y el dolor y el espanto lo derrumban. Los ojos lánguidos, de luz apagada se dirigen a él con una súplica que no admite negativa: "déjame ir".
Hyun Joong sólo puede ver el agua desbordándose y el rojo, ese rojo intenso, mezclándose con ella como pétalos de rosa y lágrimas al caer.
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@ElsaSacco a ti que me pediste subir esta historia en este sitio, aquí lo tienes.
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Las cuatro y diez.
Fanfiction"Hay algunos que dicen que todos los caminos conducen a Roma" y yo de algún modo tengo que sacar esta historia de mi cabeza. HyunSaeng. Todos los derechos reservados. No adaptar ni copiar sin permiso.
