Las cuatro y diez.

TONIGHT.

Maratón 2/3

TONIGHT.

"Aunque enamorarme de ti

me lo tengas prohibido,

quiero bailar un "Slow" with you tonight"

Slowly / Aute.

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La mañana pasó en un suspiro y el trabajo al fin finalizó. Hyun Joong y Jung Min, sin prisas, se dirigieron hacia donde Kyu ya los esperaba con algunas botanas en las manos. Jung Min sonrió al verlo y le dijo muy contento. - ¡Mira! ¡Lo logramos! ¡Sacamos a Hyun de su encierro!

Kyu sonrió amable ante el incomodo de Hyun Joong. - Ya verás que pasamos un rato agradable. Y podrás regresar pronto a casa.

Esa era la idea. Sólo un rato ameno y Hyun Joong, sobre todo, podría regresar a casa para estar con sus gemelos. Pasaron por algunas bebidas dulces en el trayecto a la casa de Jung Min, pero al llegar, los detuvo un extraño ruido. - Jung Min ¿hay fiesta en tu casa? – Preguntó Kyu confundido.

Jung Min palideció, comprendiendo al instante. – Cheol... ¡voy a matarlo!

Hyun y Kyu Jong intercambiaron una mirada preocupada, pero siguieron a Jung Min, que con pasos furiosos, apresurados, se dirigió a su casa. Al abrir la puerta, casi se va de espaldas, Kyu tuvo que sostenerlo por un momento. – Che... Cheol... ¡Park Hyeon Cheol! ¡Está vez si pasaste el límite! – Farfulló, rojo de irritación al encontrarse con un sinnúmero de jovencitos divirtiéndose en el centro de su sala, con la música a todo volumen y circulando bebidas que seguramente, no eran de jugo de frutas. Lo buscó con la mirada encontrándolo un poco más allá, platicando animadamente entre varios muchachos, con un vaso en la mano. Cheol, al sentir la mirada a sus espaldas, se giró y en sus labios se dibujó una sonrisa. - ¡Jung Min! – Gritó acercándose deprisa. - ¡Al fin llegas! ¡Gracias por prestarme tu casa! Siempre has sido tan amable. – No prestó atención en la furia que ahogaba las palabras en Jung Min, en cambio, observó a Kyu y a Hyun Joong saludándolos con una ligera inclinación. - Bienvenidos. Espero que se diviertan... hay bebidas, hay música... ¡oh!– Descubrió lo que Kyu Jong traía en su regazo y tomándolo por el brazo, se lo llevó con él. – Trajiste botanas, mira, te ayudo a colocarlos en el lugar adecuado.

- ¡Cheol! – Le llamó Jung Min al salir del shock, corriendo para cortarle el paso. – ¡La fiesta se acabó! – Intentó hacerse oír en medio de la música. - ¡Haz que toda esta gente se vaya ya mismo!

Cheol ya había contado con esa actitud hosca de su primo. No siempre era tan participativo, ¿qué hacer? Justo en ese instante, alguien llegaba a la fiesta, un tipo desconocido más o menos de la misma edad arcaica que Jung Min.

- ¿Ves a ese tipo de allá? – Le preguntó con una dulce sonrisa a su primo, quien tenía cara de odiarlo y quererlo asesinar en esos momentos.

Jung Min dirigió su mirada por inercia hacia donde señalaba Cheol, se quedó por un momento sorprendido al descubrir al sinvergüenza que se había colado a la celebración por el triunfo del equipo de la escuela. - ¿Tienes esa clase de amigos? – Preguntó exasperado.