3|HABITACIÓN DE ESPEJOS

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Charlize en el multimedia


"Las campanas dejarán de sonar y nuestras enemigos vendrán a atacar ¿Estamos listos para comenzar a jugar?"


Charlize Balderik

No recuerdo mucho luego de lo ocurrido en el ático. Charles me había dicho que me había encontrado en estado de shock caminando por los callejones de Coalum mientras me desangraba.

Luego de eso caí inconsciente y eso estalló la preocupación de mi mellizo, la peor decisión que él había tomado durante sus veintiséis años fue llevarme donde Takahara. Takahara había volado desde Coalum a las afueras de Kratos, y eso eran muchas, muchas millas, ya que Kratos era inmenso y sus bosques acaparaban gran parte de los territorios.

Nuestra casa, la mansión principal de los Balderik, estaba cruzando tres bosques y un lago. Era bastante difícil llegar en época de otoño e invierno.

Mamá al escuchar la noticia de que su heredera había sido atacada rápidamente mandó a buscarnos antes de lo previsto, no quería que le pasará lo mismo a Charles o a Pandora. Coalum no era seguro para nosotros.

¿Había algún lugar seguro para nosotros?

Nuestra llegada a Kratos se adelantó, pero mamá había decidido no avisar sobre nuestra llegada, nadie debía saber que habíamos vuelto antes de tiempo ya que nadie dudara en venir a matarnos.

Ahora mismo me encontraba bajo unas cálidas colchas que me protegían del frío que albergaba la enorme mansión, escuchaba a mamá maldecir el nombre de nuestros enemigos mientras caminaba furiosa por la habitación.

Solo mi mamá y mis tias sabían que habíamos vuelto, mis tíos y mis primos aún no estaban notificados ya que se encontraban fuera del país.

—...¡Que Venus los cuide porque voy a cortarles la garganta a cada uno de ellos! —gritó con su respiración agitada mi progenitora —. Los haré pagar a todos ellos, sufrirán el mismo dolor que te hicieron pasar, mi amor.

Mantuve mi mirada baja sin poder animarme a mirarla a los ojos, no podía hacerlo.

La escuché suspirar mientras se sentaba en una silla alejada de la cama.

La observe con atención.

Su cabello castaño igual que el de Charles, caía a los lados de su rostro, sus ojos marrones brillaban con fuerza.

Calandra Balderik era una persona que no pasaba desapercibida, ya sea por su belleza o por su simple presencia. Mamá es una persona que no puedes ignorar ya que su aura oscura y sería te invitaba a probar un poco de ella.

Calandra era tramposa, tenaz y maquiavélica. Sabía cómo envolverte con pocas palabras, sabía manipular y tomar ventaja.

Parecía inofensiva, pero bajo esa máscara se encontraba el verdadero monstruo.

Sentí la mano cálida de mi mamá acariciar mi cabello con calma mientras susurraba palabras de consuelo.

Me sentía un poco destrozada y demasiado humillada como para poder mirar a alguien a los ojos. Mi orgullo y dignidad quedaron sepultados en Coalum mientras que aquí yacía yo tratando de reparar el daño que ocasionaron.

—Levanta la cabeza —dijo mi mamá levantándose de la silla y sentándose en la cama —Y no la bajes jamás, demuestra que nadie puede venir a pisotear como si fueras una mierda, Charlize.

Tomó con fuerza mi mentón y observé sus ojos oscuros.

»Tu lo dijiste hace un tiempo, tú eres la tormenta, imparable e invencible —susurró apoyando su frente contra la mía, cerré mis ojos disfrutando de su perfume suave que me hacía sentir segura —No te vas a dejar vencer por una pequeña llovizna, ¿verdad, princesa Balderik?

LA ORDEN DEL FÉNIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora