4|BLACK DILAURENTIS

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"La muerte sus puertas tocará y el filo de su espada con la vida de los traidores acabará"

Pandora Balderik

Me senté en el sillón mientras suspiraba y cerraba mis ojos.

Mi cabeza desde anoche no para de palpitar con tanta fuerza que me sangro la nariz dos veces.

No recuerdo mucho lo que pasó en la habitación de los espejos, solo que cuando desperté aún seguía ahí con Charles a mi lado observando la habitación atónito.

Saco los vidrios de mi cuerpo y me llevó nuevamente a la habitación sin decir una sola palabra de lo ocurrido. Le pedí que no le dijera nada a Charlize y mucho menos a mamá, no quería que tuvieran que preocuparse por mi.

Acomode bien los guantes negros que me llegaban hasta los codos, en la mansión hacia un frío para morirse.

—Hola, cariño —sonrió mamá adentrándose a la sala y dejando un beso en mi frente —¿Cómo dormiste?

Trague saliva sin saber que decir realmente. No podía decirle la verdad, sabía que mamá estaba muy alerta últimamente y no quería que esto la pusiera más nerviosa de lo que ya estaba.

Asentí susurrando un bien, su sonrisa se ensanchó y dejó una suave caricia en mi mejilla.

Ser la más pequeña de toda la familia hacía las cosas un poco más complicadas ya que las miradas de mi familia siempre se posaban en la más indefensa, o sea yo.

Levanté la mirada de mi regazo y observé a Charles que se tiraba al lado mío dejando un casto beso en mi frente.

—¿Te sientes bien? —preguntó juntando nuestras frente, asentí.

Frunció su ceño —No me mientas —Puse mis ojos en blanco y lo alejé, Charles no conoce el espacio personal y siempre me invade.

Sonrió pasando su brazo alrededor de mis hombros, pero rápidamente esa sonrisa resplandeciente se desvaneció cuando mamá se paró frente a nosotros.

—Charles —dijo mamá y en cuanto el castaño escuchó la voz de nuestra madre, separó nuestros cuerpos y observó con aburrimiento a nuestra progenitora —¿Has pensado en lo que te dije anoche?

Charles chasqueó su lengua con irritación.

—No.

Mamá apretó su mandíbula con fuerza.

—Sabes qué es lo mejor para ti —susurro con calma —Y le conviene a la familia.

Charles corrió la mirada y bufó.

—¿Y quién eres tú para decir que es lo mejor para mí? —masculló golpeando su lengua contra el interior de su mejilla.

La castaña tomó su mandíbula y obligó a Charles a qué la observará, la mirada compasiva se desvaneció en sus ojos, pero la furia e impotencia en los de Charles aumentaron.

—Tu madre y tú líder —siseo —Que eso no se te olvide, Charles.

Sabía que la relación de mamá y mi hermano mayor no era del todo buena, por no decir que no soportaban estar en la misma habitación. Mamá exigía mucho en Charles por ser el mayor, y Charles, él no podía con esa presión y le dejó todo en manos de su melliza.

Un carraspeo obligó a mamá a soltar a Charles.

—¿Pasa algo? —preguntó Charlize acercándose a nosotros mirando con cautela a Charles y Calandra.

Mamá sonrió.

—No lo sé, ¿ocurre algo, Charles? —pregunto con diversión la castaña.

Charles se mantuvo en silencio observándola y sonrió.

LA ORDEN DEL FÉNIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora