20|MIEDO Y ODIO.

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LA ORDEN DEL FÉNIX.

CAPÍTULO 20|MIEDO Y ODIO.

"¡Protégeme, ámame! Por favor, deja de lastimarme"

Charlize Balderik.

Nos concentramos en lo que decían los jueces, pero no era algo demasiado extenso.

El deseo de los jueces era que este juicio se llevará a cabo rápidamente para poder sanar las heridas emocionales de las víctimas y bla, bla, bla.

El juicio se detuvo, se pospone para mañana a las 10 de la mañana ante la ausencia repentina de Attis y los guardianes.

Levania estaba molesta ya que esperaba que todo esto terminara hoy, pero el juicio parecía tener una gran relevancia social y todos querían que este se alargará lo suficiente como para distraer al pueblo del ataque de los feéricos y de que muchos de ellos escaparon de la Trinidad.

Todos deberíamos estar asustados ya que venían por nuestras cabezas, pero en cambio estábamos en una ¿que mierda sería esto? No lo sabía, pero era incómodo.

Los guardianes lo prepararon para relajar las aguas entre todos. Había brujas, vampiros y uno que otro dragón del ejército de Fournier.

Estaban las tres familias afectadas, los White estaban en Lux esparciendo las cenizas de Almendra, pero el luto de uno de los nuestros no fue impedimento para detener a los sobrenaturales.

Las muertes no se deben llorar, más bien alegrarse de que ya no sufren más.

Esta fiesta era una despedida indirecta a Almendra White.

No había que mencionar que los reyes también estaban aquí, sabíamos que quería lograr con esto, pero ¿estarían los legendarios dispuestos a dar su brazo a torcer?

El aire era tenso, pero aún disfrutable.

La familia de los cuatro gobernantes se encontraban presentes y jamás creí que podría convivir en la misma mesa que Levania sin querer arrancarle los ojos con un tenedor, pero esta noche teníamos un enemigo en común.

Laena Eventtyn se movía con astucia en nuestra dirección, con la frente en alto y los ojos llenos de malicia mientras se sentaba en la silla vacía frente a nosotras.

—¿Son amigas ahora? —dijo a modo de saludo con total inocencia.

Con Levania nos dimos una mirada de arriba abajo con total desprecio.

—Prefiero clavarme un crucifijo en el corazón antes de considerarla mi amiga —sonrió con educación ocultando sus palabras venenosas detrás de la copa de vino.

El sentimiento es mutuo, cariño.

—Preferiría arrancarme los ojos y la piel con un cuchillo antes de siquiera tener relación alguna con ella —siseó dándole un sorbo a la copa de vino para concentrarme en algo que no sea en la princesa de Cala.

Laena mostró una sonrisa depredadora, no se daba por vencida.

—Qué dulces, ¿les han dicho que su personalidad es parecida?

Levania puso sus ojos en blanco, pero antes de decir algo ofensivo, prefirió llenarse la boca de comida e ignorar a la princesa de Cala.

Que lastima que no tenía su autocontrol.

—¿Le han dicho que cada vez que abre la boca solo salen idioteces? —reí jugando con la copa de vino en la mesa —¡Oh, lo siento! El vino hace estragos en mi.

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