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— ¿Cómo sabes de Artemisa? —preguntó en titubeo. 

La pelinegra se quedó algo callada por lo que acababa de pasar. 

— Dime T/n, ¿cómo sabes de Artemisa? —volvió a preguntar. 

Ella lo miró directamente a los ojos. 

— No lo sé, solo la vi cuando mi vista se tornó borrosa. —declaró la pelinegra. 

El pelinegro desvió su mirada, para mirarla nuevamente con disimulo, mientras los ojos de ella todavía estaban encima de él. 

Ella rompió el silencio. 

— ¿Podías decirme quien era Artemisa?  —le preguntó sin titubear. 

Él suspiro, le contaría una historia que su madre le contaba cada noche; le gustaba mucho la historia de Artemisa y el significado que tenía en el mundo de los vampiros, e incluso el de los lobos. Ahora era su turno de contarla por ella. 

— Artemisa conocida por ser quien reinaba el reino de los lobos y el de los vampiros al mismo tiempo, ya que se había convertido en hibrida por descendencias maternas. Su abuelo era uno de los híbridos mas conocidos por su amable corazón y su desestresa al pelear. Fue una mujer de bienes poderosos, con una buena vida, hasta que las brujas atacaron el castillo luz de vida, por no tener derechos como brujas místicas, solo por un capricho. Siempre tuvieron envidia de ella por ser la Diosa de la luz y de la caza; no literalmente cazaba, solo era un poco de carácter fuerte. 
Un ataque que hicieron las brujas místicas por sorpresa, hicieron que perdieran a la única reina; en esos momentos los vampiros les tocaba hacer caza de animales, ya que no consumimos casi la sangre humana. Quemaron el castillo, mataron a todos los habitantes del pequeño pueblo de Transilvania. Luego de ello, quienes eran nuestros aleados, ahora son nuestros enemigos; los lobos. —relató el castaño. 

— ¿Qué paso exactamente con las brujas? —preguntó. 

— Hay un tercer multiverso en el reino de las fantasías, ese es el Magic Dark; donde todas las especies que siente la maldad recorrer sus venas van. Muy conocido como el reino maldito. Lo habitan las brujas, hadas, duendes; todos dicen ser buenos, a excepción de las brujas, siempre decían que eran malas. Las hadas pueden engañar y dañar la mente del atacante; los duendes arrastras a aquellas personas para acabar con sus vidas, y ya te dije la función de las brujas, pero, ellas ya solo matan por hacerlo y siempre será pasó. —contestó. 

— ¿Qué hacía Artemisa? 

— Era quien le daba vida al castillo y mantenía el bosque con máxima protección por el poder que poseía. Derrotaba a quien podía, pero al estar débilmente, era presa fácil; ella brindaba el amor posible al pueblo, al igual que el apoyo, jamás fue mala, nunca fue así y solamente las brujas la veían de tal manera. —contó. 

— Una última pregunta. —habló la pelinegra.

— Hmm? —asintió. 

— ¿Quién te contó todo esto? —preguntó. 

— Mi madre. —contestó directamente. 

Ella se quedo calla, esperando la historia. 

— Me las contaba todas las noches antes de dormir, me gustaba mucho la historia y todo lo que hacía Artemisa por lo que era su pueblo y por mantener el reino con gran suprema protección, al igual que felicidad. Recuerdo que ella me decía que la conoció, ya que tenía sus años antes de ella morir; me recordó que tenía que ser fuerte por si ella se iría y si me tendría que defender solo. —dió una pequeña mirada a la pelinegra, mientras sentía una pequeña lagrima deslizarse por tu mejilla izquierda. 

Ella lo abrazó. 

Lo abrazó fuertemente. 

— Estaré aquí para ti, mi pequeño vampirito. —consoló en voz baja mientras acariciaba el cabello del más bajo. 

Su corazón comenzó a latir fuerte, sentía que en ese momento iba a empezar una nueva vida feliz, a su lado y sin desgracias. Pero.  

Fue el inició de una vida cruel. 

El chico del bosque. [Nishimura Riki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora