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Narrador omnisciente

Por ahora los moros estaban tranquilo, nuestro protagonista seguía vigilando el alrededor con sumo cuidado y sigiloso mientras la pelinegra dormía. La observó durante un buen tiempo y veía como su ceño se fruncía solo, estaba soñando, comenzaba a comer su cabeza en desesperación al igual que sus brazos, como si se estuviera zafando de algo o alguien. 

Al ver los movimientos tan bruscos e inesperados no dudo en despertarla, a pesar que le daba cosa, porque supuso que no pudo dormir toda la noche que paso en ese sótano tenebroso con evidentes personas que quieren destruirlas. Un pequeño trauma se había creado en ella.

— princesa, despierta, despierta. —comenzó a sacudirla suavemente y hablar en un tono algo alto pero en susurro.

Se sobresaltó debido al susto, ya que estaba algo ida del mundo actual, solo recuerdos borrosos similar a su vista. Logró abrir los ojos bien, viendo al chico que se encontraba agachado mientras ella estaba apoyada a un árbol, él al notar que habia salido del trance le regalo una sonrisa cálida, que le daba paz y calmaba la ansiedad. 

Quiso hablar, pero por alguna razón se le dificultaba demasiado, como si tuviera un nudo en la garganta, sin siquiera pronunciar una palabra. Las pocas que soltaba eran nulas y muy inaudibles, el aire le faltaba.

— mírame. —ordenó el mas alto recibiendo de inmediatamente la mirada de la contraria— inhala y exhala, estoy aquí, no te harán daño. —habló suavemente. 

Su mirada transmitía confianza, seguridad, también reflejaba el amor, la sinceridad y la lealtad que jamás tuvo. Todo lo encontró figurado en una persona, desde el principio de sus días, hasta el momento. 

— sé que estabas presente cuando kairo me llevó al sótano junto con los duendes —hizo una breve pausa desviando la mirada— pude sentir tu aura cálida y amorosa, pensé que estaba alucinando, pero cuando me sobaste mi mejilla, sentí todo lo que hasta hora me haces sentir y es algo inexplicable.

— por qué no pronunciaste mi nombre? —preguntó el contrario.

Ahora mismo estaba liberando sus sentimientos ante él, estaba emocionado, pero antes de decir lo que verdaderamente sintió al oirla decir esas dichas palabras, tenía que saber las razones por las cuales no lo logró hacer al momento

— necesitaba saber que está planeando ese imbécil. —pronunció con rabia mientras escupía un poco de sangre que se había acumulado debido a los golpes que recibió horas antes de que riki descubriera de su paradero.

— qué? —contestó confundido.

— quiere destruir todos los universos por venganzas, cuando fue encerrado en el laberinto, recibía burlas de los guardianes diciéndole que alguien superior como la reina no iba a notar a un pobre monstruo como él y mucho menos lo iba a amar. Por eso ellos se refieren al ser humano como el verdadero culpable y monstruo, porque destruyen con palabras y la cagan con acciones; quiere usarme a su beneficio, tiene una obsesión, mi esencia como princesa se impregno en sus narices y ahora piensa que sigo siendo artemisa, cuando sabe toda la realidad. —relató con su mirada perdida, mientras miraba al horizonte. 

— QUÉ? —se exaltó un poco.

— ahora se está dirigiendo a tercer universo al castillo de los arcángeles, justamente donde está el núcleo general del universo, quiere desatar una guerra universal. Kairo tiene más fuerzas que el arcángel Miguel, desprendió a las brujas y succionó su poder con la vara negra, exactamente la piedra que tiene en el centro, la está usando como corona, si le das al medio de la corona su poder se debilitará.   

— me estás tratando de decir que?.. 

— yo soy más poderosa que los tres universos, tengo que usar la corona oscura para poder obtener todos los poderes y evitar que los universos colapsen. 

— NO, me niego a que tú hagas eso, sabes que si tú te consumes llevas a los universos contigo? —preguntó desesperado— NO VOY A PERMITIR QUE NADA TE PASE, Y MUCHO MENOS QUE TE DAÑES.

— confía en mi, estaré bien. —lo miró a los ojos.

El corazón del contrario se encogió, verdaderamente el miedo lo invadió, no quería perderla, pero tampoco quería que los universos colapsarán entre sí. Sabía que en algún momento iba a necesitar la corona y se la trajo con ella, sacándola del bolsillo y entregándosela.

— estás segura que la puedes usar sin que hagamos el ritual? —preguntó mirandola de reojos.

— si, es solo tener la voluntad propia. 

— te enviaré al primer universo y yo iré al tercer universo, quiero que alertes a todos, los espero en la rama universal. —pronunció mientras corría para luego saltar al vacío.

Mientras caía el chico chasqueo los dedos enviando a la chica al primer universo, su sangre se volvía caliente, de nuevo se estaba transformando. Al caer al suelo comenzó a activar su super velocidad encontrando el fin del universo, abriendo así un gran portal con tan solo usando su mente y sin dudar entró...


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Al tercer y último universo

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Nota:

holi mis amores, por fin logré escribir
otro capítulo de este libro tan 
hermoso y maravilloso
espero les gusté
besos<3

El chico del bosque. [Nishimura Riki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora