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Narra Riki

Llegaba dos horas dando vueltas por el castillo negro, buscando al portador de aquella voz misteriosa y con silueta estrambótica. No sabía quien gobernaba  en este universo, mi madre nunca mencionó ello o quiso contarlo, debería de tener sus razones en estos momentos, pero ella está lejos, tendré que hacerlo yo. 

Decidí ir al punto de las torretas, me asomé primero y habían guardias solamente a los costados del castillo. Me escabullí delicadamente por la escalera terminando de subir y esconderme del todo en la punta de una de las torretas para no ser visto y pasar desapercibido. 

Al sacar mi cabeza de la torreta para asomarme pude ver nuevamente la silueta en toda la entrada del castillo. Era bastante grande la sombra, solamente cambie de torreta saltando para observarlo mejor, hasta que me di cuenta que si era lo que yo pensaba. 

— Un minotauro. —dije para mi mismo entre un susurro inaudible.

Pude notar que en detrás habían dos guardias que le duplicaban en cuanto tamaño, ambos sosteniendo una cadena hacia los costados. En el medio de los dos guardiabas habia algo, no sabia exactamente que había la parte mas alta del minotauro no me dejaba ver con claridad.

Hasta que se movió dejando lo que era, juro que sentí mi cuerpo hervir de la irá e impotencia que en mis venas se encontraban, corría sangre con demasiado exceso de rabia. No quería matar a nadie, pero si la trataban así estaba seguro que acabaría con él a toda costa.

— Estoy que rompo las cadenas con los colmillos y te saco de ahí. —pensé.

Mis dones como vampiro rey estaban fluyendo en mi luego de tantos años resguardados en un cajón en el fondo de mi alma. Casi nunca podía hacerlo salir.

 La levitación la obtuve desde pequeño, mucho antes llegar al primer año. Mi madre se extraño, pensó que no era real, apenas estaba en desarrollo, no encontraba alguna lógica para lo que estaba yo viviendo. 

En cuanto la piroquinesis la descubrí en un momento de crisis cuando tenia cinco años, mi hogar prendió en llamas, fue incendio provocado por los lobos, ya que estabamos en tiempos donde ambas razas no nos tolerabamos entre si a un punto de poner nuestras vidas en juego.

La telequinesis la usaba la mayoría del tiempo para quitarle a mi padre los libros de magia negra que se encontraban en el atico, no le gustaba que los usará o leyera, solo tenia curiosidad del mundo oscuro y de sus secretos.

Con la invisibilidad luchaba bastante, normalmente le sacaba provecho a ello cuando estaba en peligro y cuando huía de mi mamá al quitarle las galletas que hacía. 

Hubieron poderes que desarrolle luego de que mis padres murieron como la nigromancia y la capacidad de cambiar de forma en numerosas ocasiones. Todos en momentos de crisis y descontrol de mi mismo, la mitad de ellos fueron desarrollados a los cinco, seis y siete años, los últimos dos se necesitaba mas concentración y fuerza, en si lo logré manejar del todo a los trece,. 

En este instante me encuentro en una situación de vida o muerte, debería aprovechar mi remordimiento e impotencia para saber a quien amo. El control sobre mis poderes no los llevo del todo bien, me descontrola cuando la ira se posa en mi como si fuera un balde de agua fría el que me cae por la gran responsabilidad, pero a pesar de todo, me servia.

— Tengo que hacer algo. —solté un suspiro rendido y cerré los ojos. 

Por alguna razón sentí que me volví invisible, o eso era lo que pensé hacer desde un momento. Rogué por mi vida y en el fondo de mi corazón queria que saliera todo bien, mis manos frías sudaban de manera descomunal, estaba nervioso.

Salí de mi escondite y me coloque en frente de uno de los guardias, asegurandome que no fuera visible antes sus ojos. Por suerte todo salió bien, pase varias veces mi mano por su cara para verificar, y difinitivamente estaba funcionando.

Bajé siguiendo al minotauro, sus grandes patas me estorbaban, solo que me centraba más que todo en salvarla a ella.

Me acerque a los guardias que las sostenían dandome una vista facil de mi pequeño rayo de sol, estaba desvatada, tenía muchas ojeras, sufre de constante insomnio por falta de compañía, por eso siempre estoy con ella. 

Iba caminando al ritmon de los tres, a ella la estaban arrastrando... La tomé de la cintura poniendola de pie, haciendo que volviera a tener una postura firma, pero estaba muy debilitada, el ambiente pesado debilita sus poderes y la colocaba mas vulnerable. 

— Rápido, no quiero que nadie me interrumpa cuando estemos a punto de coronarla, nos los veo moviendose. —les gritó a los guardias dejando salir su mala vibra.

Tenía una energía bastante pesada y densa, como si todo de él se basara en sufrimiento y ira, tal vez vivió comprimido toda su infancia y lo conllevo a ser una persona mala, egoísta, rencorosa y bastante inutil. 

Los tres se dirigieron hacia un pasillo oscuro del castillo, donde habían unas escaleras que daban hacia abajos, una especie de sotano. Hacia los costados del casi tunel se encontraban antorchas, que alumbraban de manera excasa el sitió.

Sinceramente me causaba terror de tan solo pensar que podría ocurrir.

Al terminar de bajar pude notar como el lugar se encontraba lleno de sangre y cadaveres, los pelos de mis brazos se erizaron, me recordó al momento cuando mis padres murieron, así no fuera visto el como murieron, podía sentirlo realmente.

Miré hacia los lados y mi vista se poso en ella, la habian colocado pegada a la pared, todavía encadenada, le habian puesto un soporte, para que no pudiera escapar. Ella estaba desorientada, perdida y muy desgastada.

Tendría que sacarla de allí a todas cosas, por mas que me cueste la vida y la muerte. 

La amo mas que a mi propia vida, no la volvería a perder.



Gente, preparense, se viene el capítulo mas epico de la historia con mucho texto 
y también con muchas dedicación.

espero les este gustando<3

El chico del bosque. [Nishimura Riki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora