El chico del bosque. [Nishimura Riki]

20

— C-como q lo mataste? — tartamudeo la chica. 

— Digamos que en un momento de terror mi espada atravesó su estomago y se desangró, nada más. — rascó su nuca nervioso. 

La chica lo miro de manera fulminante y le dio un leve golpe en la cabeza al castaño, haciendo que el soltará un quejido de dolor. 

— Te dije que las cosas no se arreglan así; — cruzó sus brazos expresando su enojó. — pero por lo visto jamás me escuchas. — susurró con enojó. 

El castaño se acerco rápidamente a ella y la abrazo por detrás, envolviendo su cintura con sus grandes manos, dándole calidez y logrando calmarla. La castaña, que seguía de brazos cruzados, estaba fingiendo el enojó, sabia que lo que más quería era acabar con la vida del ser que le rebató todo, inclusive la felicidad. 

No tenía ningún rencor, al contrario, sentía un alivio en su pecho y pensaba en que podía volver a ser feliz. 

— Sabes porque lo hice, mi vida. No fue por mal, pero tu padre fue un ser demasiado despreciable y más si tengo razones y tú tienes más razones, algo que lo hace demasiado obvio y muy válido; por más que sea un familiar de tu parte, hay que aprender que fue malo y en todos los sentidos existentes. — habló el castaño calmadamente, mientras apoyó su mentón en el hombro de la chica. 

La castaña soltó un gran suspiro, dándole toda la razón a él. Con delicadeza se giró hacia el cuerpo de Riki, quedando frente a frente con sus manos quedando en el pecho del nombrado, algo que son delicadeza le dio seguridad a él. 

— Sé como fue mi padre, no me enojó el hecho que fueras acabado con él, se lo tenía bien merecido. Solamente, me da tranquilidad que no me volverá a molestar y que no sé va interponer en lo que hemos creado juntos. — contestó la chica con un tonó calmado, algo que le aseguraba al castaño que no había nada malo con lo cometido antes. 

El chico quien la miraba sonrientemente, la abrazo fuerte, escondiendo su cara en el cuello de la chica en busca de protección. Algo que solamente sentía con ella, únicamente ella. 

— Y el cadáver? — le preguntó la pequeña al castaño. 

— Se lo llevaron los lobos, ya te imaginarás para que. — sonrió de lado. 

— Carne fresca, que te puedo decir. — elevó los hombros restándole importancia. 

Por otro lado, los lobos y vampiros luego del regreso de la reina decidieron reconciliarse, y aliarse nuevamente. Solamente que cada quien por distintos lados y caminos.
Todo comenzó a tomar sentido, volviendo a la normalidad, aclararon el tema de la muerte de la reina y pudieron convivir una vez más. 

Ese logró enorgulleció a nuestra protagonista, luego de tantas peleas, por fin se pudo ver la luz y observar el camino de manera mas clara. Ella felizmente, viendo como todos se volvían uno, alentando cada día a ambas especies a probar nuevas cosas, manteniendo a las especies mayores fuera de sus tierras. 

— Cómo te sientes? — le preguntó el chico para luego tomar su mano. 

— Mejor, aunque, no puedo asimilar el daño que causo mi papá. — confeso la chica. 

— Sé que es duro, pero, hay que aceptarlo. — contestó suavemente el castaño. 

— Si.. — bajó cada vez mas el tono de voz. 

El chico llevo su mano a la mejilla de la chica, para acariciarla suavemente. La menor, al sentir el tacto cerró los ojos, dejándose llevar por las caricias que hacia el joven. 

La compañía que el chico le hacía a la castaña, era única, nunca se había sentido conforme y mucho menos cómoda con alrededor. Tantas cosas que habían pasado, lograron que su poca confianza se fuera por el caño, los viles experimentos que hicieron con ella deterioraron la poca fé que tenía de ser feliz y él hizo que todo eso volviera, solamente recordando un acto de bondad que siempre será conmemorado. 

— Sabes que estaré siempre aquí, princesa. Si en su momento me fui, no fue por gusto, tenía que salvarme y dejar en alto a mi familia, más si sé que soy el futuro rey y que pronto será mi coronación. — mencionó el chico sutilmente. 

"Seré el rey y tu serás mi reina, por el resto de la eternidad"