Capítulo 13

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Jane

Había llegado el día: hoy, sábado 30 de septiembre, podría canjear el vale del tatuaje que me habían regalado mis padres y mi hermano por mi cumpleaños.

Me desperté sobre las 8:15 y desayuné con toda la tranquilidad del mundo. A esa hora todavía estaban todos durmiendo; mis padres los fines de semana se solían despertar sobre las 9 menos diez o 9 en punto, y mi hermano se despertaba a la hora que le daba la gana. Yo también me solía despertar más tarde, pero aquel día no pude dormir más por los nervios de mi esperado regalo de cumpleaños, sobre todo por el hecho de que iba a enseñárselo a Astrid esa misma tarde.

Me dirigí hacia la cocina para hacerme tranquilamente el desayuno y, de repente, me volví a acordar de Thiago. Encendí mi móvil y pude comprobar que el mensaje aún no le había llegado, así que supuse que aún no disponía de ningún tipo de móvil para poder comunicarse.

Puse la tele para ver algo mientras desayunaba, con el volumen muy bajo, para no despertar a nadie. Al encenderla, el primer canal que apareció fue uno en el que emitían concursos de cocina de cualquier parte del mundo. Ese tipo de concursos me solían entretener, así que lo dejé y empecé a desayunar.

Mis padres y Asier se fueron despertando escalonadamente y, conforme lo hacían, se sentaban conmigo en el sofá para desayunar y ver el concurso de cocina.

—Son las 9:30, ¿nos vamos vistiendo? —Dijo mi padre.

—Pues sí, habría que ir preparándose ya si queremos estar allí a la hora. —Dijo mi madre, mirando a Asier—. ¿Tú vas a venir?

—Claro, después de lo que me ha costado convenceros cómo no iba a ir. —Le dijo Asier a mi madre, al mismo tiempo que se levantaba para ir a su cuarto a cambiarse.

—Yo también voy a empezar a vestirme. —Les dije a mis padres, y automáticamente corrí hacia mi cuarto.

Entré y cerré la puerta. Encendí el móvil y me puse algo de música para escuchar mientras me vestía. Puse el aleatorio en Spotify y empezó a sonar 'LMK' de Lil Xxel. Hacía calor, así que me puse un top blanco de manga corta, unos vaqueros anchos, largos y de tiro alto y unas zapatillas negras. Una vez lista del todo, salí de mi cuarto y me dirigí al salón.

—Pensé que no saldrías en la vida del cuarto. —Me dijo Asier vacilando.

—¿Tanto he tardado? —Le dije, fijándome en que la hora del reloj marcaba las 10 en punto.

—No, vamos bien, ¿nos vamos ya? —Dijo mi padre.

—Sí claro, yo conduzco hoy. —Le dijo mi madre.

Nos montamos en el coche y mi madre arrancó. En aquel instante, iba sorprendentemente relajada, así que aproveché para ponerme los cascos y escuchar música tranquila mientras íbamos, para evitar ponerme nerviosa por el camino.

Tras 25 minutos en coche, llegamos al estudio. Me sorprendió lo bonito y bien organizado que estaba todo; había muchos espejos y plantas decorativas, se veían como todos trabajaban en sus proyectos y tatuajes, ya que el sitio constaba de un sólo aula, con escaleras que daban a partes un poco más altas, donde hacían los diseños de los tatuajes y los sacaban impresos

Me dirigí con mis padres y Asier al pequeño mostrador que había un par de metros justo frente a la entrada.

—Hola, ¿en qué les puedo ayudar? —Nos dijo la dependienta al otro lado del mostrador.

—Hola, teníamos cita para las 10:30 —Dijo mi padre.

—Vale, voy a echar un vistazo... ¿Jane Serret?

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