2 Te para tres.

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Su mirada, esos ojos grisáceos lo miraban con esa profundidad con la que solo el podia, le trasmitía cierta paz, cierta comodidad esa que Jungkook pocas veces sentía. 

Jimin dirigía su mirada a ese hombre que tanto amaba, Jeon podia sentir como el chico lo miraba, la mirada brillante,  intensa, nervioso, con labios temblorosos, y esa sonrisa tan perfecta que amaba de cierto modo, dientes brillantes, dientes perfecto, comulgando con es bello rostro.

Jungkook sabía lo que le pasaba al pequeño chico de 20 años, sabía que el era el único que ponía de ese modo al pequeño rubio, el sabía que Jimin estaba enamorado de el, lo sabía por que ese hermoso chico lo trataba de esa forma nerviosa, delicada, con cierta timidez y eso le parecía muy tierno, pero el era consciente de que eso solo sería una etapa del amigo de su hijo.

-Jin se fue con unos amigos, el tenia que hacer trabajos de la Universidad -El rubio hablo con cierta seguridad, y Jungkook asintió mientras miraba al pequeño rubio -El dijo que ya le había dicho -El rubio comento mientras mantenía la calma.

Había mentido en todo, el sabía que Jungkook solía tener pésima memoria, y Jin siempre ocupaba ese dato a su favor, como en esta ocasión, como en muchas otras.

-Gracias por avisarme, soy un cabeza dura, pero igual quería hablar con el profesor Kim NamJoon, así que nos vemos Jimin -El rubio escucho esas palabras, y se puso nervioso a flor de pie, y cualquiera creería que fue por escuchar su nombre en los labios de aquel hombre que iba por los 40.

El rubio abrió los ojos en ese instante, y con nervios salió corriendo tras el padre de su amigo.

-Espere -Jimin sostuvo la camisa de Jungkook y mientras sentía que podia desplomarse en el pasillo en ese momento, trato de pensar en algo para seguir hablando con el hombre -YO.YO.YO USTED ME GUSTA!! -Dijo mientras sentía como su mundo desaparecía, como su alma salía se su cuerpo, esperando que la tierra lo tragara, o simplemente esperando que el hombre se diera la vuelta hacía su auto, y se fuera escapando de problema.

El mayor abrió los ojos, ya que nunca esperó que el pequeño rubio le dijera eso, la confección no era lo que le sorprendió, porque el sabía de la existencia de esos sentimientos, lo que le sorprendía mas era el hecho de que el rubio tuviera las hágalas de decirlo.

Jimin se estaba matando por dentro mientras veía al de ojos miel sonreír, bajo la cabeza pero no fue por mucho tiempo ya que el mayor le levanto la cabeza, y mirándolo a los ojos, le brindo un abrazo, uno que sabía que necesitaba.

-Ya lo sabía -El rubio al escuchar esas palabras, sintió que sus mejillas se tornaban mas rojas de lo común, y cuando fue el momento el mayor se separo de Jimin -Eres un niño muy lindo Jimin, pero eres el mejor amigo de mi hijo, y estoy casado -Jungkook habló sereno, pero Jimin lo interrumpió.

En ese momento sentó que Jungkook lo miraba de esa forma tierna, esa mirada con la que miras a tu hijo, o familia, no a un chico que ya era mayor, que ya sabía lo que quería, un hombre que lo ama, y solo se atendió a contestar, o esperar que el respondiera mis dudas.

-Si Jin no fuera mi amigo, y usted no tuviera esposa, ¿Me daría una oportunidad? -El mayor podia ver como las lagrimas del menor salían, lo miro detenidamente, y pudo sentir la tristeza con la que esos ojos lo miraban expectantes y con mucho cuidado simplemente le dio un beso en la frente, denotando la altura que los diferenciaba, el era muy alto a comparación de Jimin.

Lloraba, lo hacía sin querer, salían sin esperar que se el rubio lo permitiera, bajaba a su dulce rostro, y a veces se posaba en sus labios, el lloraba, Jungkook podia ver que lloraba, lloraba por el, sus ojos color miel solo, que estos ahora, tenían un poco de miel, un poco de miel.

Locura escondida kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora