5 Deja Vu

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La chica miraba con añoro y excitación una foto, esa en la que sus ojos se deleitaba al ver a un chico.

-ojos tan azules como el cielo, piel tan blanca como la nieve, pelo rubio como el sol, y cuerpo tan fino y delicado como las mismas rosas -pronunciaba la chica mientras se deleitaba con la foto, pero ella se olvidaba que las rosa tienen espinas, y hasta ese azul perdía color, porque eran grisáceos.

Contemplando la foto, se dejó llevar por sus pensamientos, y al final todo acabo.

-Tan hermoso y perfecto -La chica se decía a si misma, mientras cerraba el cierre de su pantalón, y dejaba la hermosa foto a un costado de la cama -Park Jimin, amaría verte gritar por mí -Decia la chica con una cara muy adorable, tierna, linda, pero extremadamente encantadora.

La señorita Min denotaba el morbo que poseía su vida en si misma, era una mujer que estaba en forma, era linda con 26 años de edad, era el tipo de mujer que se deleitaba con el sufrimiento ajeno, pero a nadie solía importarle, al final era muy placentero verla, su cara tan agraciada era lo que atraía a las personas, y su actitud de chica buena pero seria, hacía que muchos se enamoraran, pero las relaciones se transformaban con el paso de el tiempo, y estas empezaba a tornarse casi por así decirlo "bestial". Su casa conservaba esa gracias tipo barroco, y el orden era tan perturbador que parecía que ni una miga de pan se colaba por la casa.

Era alguien tan normal por fuera, pero de esa casa tan ordenada, lujosa, y limpia, sus parejas siempre deseaban salir corriendo, con algo o sin nada, como si el calvario comenzará con simples palabras.

-eres lindo-

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-Te he dicho que odio que me grites!! -Grito la señora Park a su marido, y en ese momento Jimin tomo la iniciativa de salir corriendo.

Jimin sabía que por razones desconocidas la puerta trasera siempre estaba abierta cuando su papá llegaría de viaje, y que había una llave en el auto que esté estacionado ahí, el entendió o creyó que era obra de esa mucama que tenían, esas que lo había visto crecer desde niño, y que hasta esos días seguía trabajando, ya que nadie abriría la puerta a las una de la mañana, nadie podia, a no ser que fuera alguien dentro de la casa.

Jimin condujo a toda velocidad sin saber dónde parar, pudo ver a por el espejo retrovisor a su padre, este estaba caminando tranquilamente hacia la calle, dándole una sonrisa que significaba que lo que le esperaba seria aun peor, un castigó mas severo.

Tomo aire, y mientras miraba como las calles estaban llenas decidió calmarse así que estacionó frente de una plaza, con la respiración agitada, con el corazón acelerado se trato de tranquilizar, tomo tu billetera y encontró lo que tanto amaba.

El rubio tomo su billetera y la busco con desesperación, estaba por entrar en una especie de ansiedad, y cuando la vio su alivio volvió, tenía en sus pequeñas manos una foto que le recordaba porque vivía, una foto de el en uno de sus conciertos como bailarín principal, ese en el que fue halagado como nunca, y ese en el que Jin le había dicho que algún día ellos dos cumplirían sus sueños, que algún día serían libres, libres de esas ataduras que Jin llamaba mamá, y Jimin papás. Esa foto representaba mucho para el, era la ultima que se había tomado con su hermana, la ultima que se tomo con las personas que amaba, su hermana a un costado sonriendo, y el tomando la mano de la chica, a su lado su mejor amigo, y al final del costado Jeon Jungkook, esa foto era la descripción perfecta de amor, ahí estaban todos a los que amaba.

Sus lágrimas salían mientras recordaba el único momento en donde fue feliz de verdad, el único que le daba sentido a su vida. Pero no todo es color de rosas, porque a su mente volvía el recuerdo de su madre cayendo en el piso después de ser abofeteada por su padre, ese recuerdo que tanto lo mortificaba por días y días, porque a pesar de todo, el prefería los golpes de su madre, ya que estos no eran tan dolorosos como los que su padre le proporcionaba, si eso pensaba, tratando de justificar que su vida no era tan mala.

Locura escondida kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora