Locura escondida kookmin

3 corazón delator

El ya no entendí nada de esa situación, no podía creer que el hombre que amaba estaba afuera de el edificio, esperando una repuesta que solo podría ser positiva, o negativa.

Y dejando de mirar el espejo miro su reflejo, era tan lindo, estaba tan rojo, estaba traicionándose a si mismo, a su ética, moral, había sido victima de muchas cosas en su vida, y sentía como las llagas de sus heridas empezaban a hacerle recordar quien era. Cuando menos lo esperó  se dio cuenta que los minutos pasaban más rápido de lo que el creía, solo faltaba un minuto, solo uno, el podía correr y decir que si, tomar las mismas fuerzas que tuvo cuando beso a Jeon, tomar las riendas de su vida y cometer ese error que tanto quería, algo le decía como un señuelo, le gritaba, le imploraba que fuera tas aquel amor, aquel que se sentía como ráfagas de fuego en sus manos, que corriera, que lo siguiera, que lo amara, pero tambien era consiente de lo que ocultaba, en su debilidad lo recordo que ese hombre estaba acompañado, pero aún así estaba solo, el lo queria, queria ser egoísta, pero, ¿Podía?, podía hacer eso cuando salia mas de uno perjudicado, desde el mismo hasta su amigo.

Jimin miro la puerta, y un mensaje lo hizo caer en cuenta de lo que estaba a punto de hacer, de ese error que añoraba concluir, ese mensaje que le hizo tomar la decisión final, ese mensaje que le llegaba siempre que Jin lo dejaba irse solo.

-¿Jimin, llegaste bien a tu casa? -Eso lo había preguntado Jin, quería ver si su amigo había llegado a salvo a su casa, si no le había pasado nada malo.

-Llegue bien Jin, espero que tu también llegues bien a tu casa, mándame un mensaje cuando llegues -Respondio Jimin mientras veía como los minutos ya habían pasado, camino lentamente hacía afuera del edificio, y pudo ver cómo Jungkook le sonreía con esa sonrisa que el tanto amaba, vio que esté decía algo, pero luego miro al frente y se fue.

-"Te entiendo", eso había dicho Jungkook, lo había entendido perfectamente, estaba mal, por más que yo y el quisiéramos, estaba mal, el estaba casado, y yo era el mejor amigo de su hijo, yo era el niño que el había apoyado con tanto amor todos esos años -Jimin miro la carretera, y tomo el rumbo de su vida, había descubierto lo que era un océano de fuego, la fiebre de vivir, de sentir, de querer, esa clave intima que lo conectaba a su ser.

Jungkook sabía que lo eso estaba mal, que solo estaba haciendo una estupidez como un adolescente hormonal, el no estaba solo, el tenía a alguien en su casa esperándolo, de mala manera, o de buena manera, pero era alguien.

Jungkook entendía, sabía que Jimin tomaría la decisión correcta, porque el ya había tomado la suya, si Jimin llegaba a salir el se iría, se iría sin importar el tiempo, pero quería ver a ese chico rubio por última vez, porque el no tenía planeado volver a verlo, no después de todo lo que había pasado, quería que Jin se mudará lo más antes posible, y si antes veía poco a Jimin, ahora no lo vería nunca.

"Nos encontraremos en nuestras imaginación, espero soñarte hoy, y espero que ahí yo tenga las agallas para perseguirte, sin contar con el tiempo, sin que los minutos importen".

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Jimin caminó hacía su casa, le gustaba caminar mientras veía como el cielo se llenaba de nubes que denotaba los chaparrones que se acercaban, y en ese instante lo recordó, recordó eso que quería olvidar hace un momento, ya lo podia percibir, nada podia impedirlo, y en su fragilidad sabía lo que pasaría, la vida solo seguía el curso de las cosas y el debía aceptarla como una vieja amiga, una que siempre lo acompañaba cada que llegaba.

Y mientras caminaba hacía su destino lo recordo.

-Sigue tus sueños, y nunca te arrepientas de nada, ya que los errores hacen a las personas, aprende de ellos, eres hermoso, nunca lo dudes -Recordaba ese día con tanto anheló, recordaba sus manos con pequeñas cortaduras, y podía ver cómo el mayor le colocaba unas curitas por enzima de esas heridas que ya había sido desinfectadas.