17 de junio, 1964

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-Tercera persona-

Un par de días en la clínica parecían pasarse rápidamente.

En realidad no mucho había cambiado.

La familia de Luca se tomaba turnos para ir a comer o despejar su mente, aunque Daniela se negaba rotundamente a dejar a su hijo por su cuenta.

A pesar de todo, Lorenzo lograba que su esposa dejara por unos cuantos minutos su lugar para poder ir por algo de comida.

Por su parte, Giulia se encontraba en una situación parecida, no queriendo dejar a su fidanzato, a palabras de ella, quería estar presente cuando el despertara, pero Fredo y Leo le convencían de ir a casa y siquiera tomar una ducha y comer algo, ellos harían lo mismo.

Alberto a regañadientes era ordenado por su hermana a que también regresara a casa con ella, debían avisar a Massimo de todo lo que había ocurrido aunque este ya estaba más que enterado.

Para el padre de familia era lamentable la situación por la que estaba pasando el castaño, en realidad incluso se atrevía a sentir lástima pero aún así eso no hacía menos todas las mentiras que este había traído consigo y que tanto dolor había causado a sus dos hijos.

Giulia sin importar los argumentos pasados con su padre aun así acudía a él en busca de un abrazo, mientras el padre de familia observaba los ojos tristes de su hijo hacerse presentes, pero ahora este no decía mucho.

Alberto solo tenía un objetivo, y ese se encontraba debajo de su cama, en una caja de madera.

-Alberto...- La voz del padre del chico le sobresaltaba un poco, Giulia estaba tomándose una muy breve ducha, sobre la mesa un morral de cuero, al parecer contenía cosas importantes para ella que, a palabras de esta, serían de ayuda para cuando Luca despertara.

-...Ya sé que es lo que te haz de preguntar Massimo...- El moreno suspiraba, dejando caer su cuerpo sobre la silla de madera de la cocina -...De donde salieron mis golpes...-

Massimo aclaraba su garganta, sentándose en su lugar de siempre -...Alberto...hijo...hay rumores corriendo por el pueblo ya-

-Eso siempre ha sido así-

-...Rumores sobre quién es el que ha causado las tragedias a esos tres muchachos- Massimo sabía que aquellos chismes eran más que una mera falacia, pero esa falacia comenzaba a ir más lejos cada día.

Despertaba lo que parecía un odio que había muerto ya hacía cinco años.

-...Tu sabes quien fue el causante, Massimo- Con gran coraje Alberto apretaba sus puños aún lastimados, sus nervios del cuerpo le hacían sentir cierto dolor pero eso no era nada comparado al dolor del corazón -...El culpable de dejar a Luca tendido sobre esa cama fue esa rata...ese tipo...Ivan-

-Yo lo sé...pero eso la gente del pueblo no lo sabe hijo...y ellos han venido a hacerme preguntas-

-¿Preguntas? ¿Sobre que, Massimo?- Los ojos de Alberto no le quitaban la vista a su padre, este negaba con la cabeza, mentalmente pensaba en lo absurdo que era la idea con la que algunas personas comenzaban a pensar.

-...Comienzan a decir que fue un monstruo marino el culpable de todos los accidentes con esos chicos, muchos incluso dicen...- Massimo se llevaba su mano al rostro con gran coraje de pensar en esa idea tan absurda -...Dicen que eres tú el culpable-

-¿¡Como puede ser eso posible!? ¡Yo lo único que hice fue darle una lección a los dos patéticos culpables de que Luca se encuentre en ese coma! ¡Quien le hizo daño a él fue Ivan!- De inmediato Alberto se levantaba de la mesa con brusquedad, comenzando a dar círculos por la cocina, era increíble como ese chisme podía ser creído por la gente del pueblo.

Confidencias de papel ✨ Luca x Alberto  ~Cover temporal~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora