20 de julio, 1964

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-Tres semanas después-

Los días se iban volando en un abrir y cerrar de ojos.

Cuando menos se daban cuenta, esos días se tornaban en semanas.

Algo de lo que si se encontraban orgullosos Luca y Alberto era como habían utilizado esas tres semanas para disfrutar de su compañía.

Todos los días estaban juntos en busca de alguna nueva actividad, y a pesar del trabajo que tenía a Alberto ocupado, Luca se dedicaba a llevarle su almuerzo, en realidad no era mucho, solo un par de sándwiches y limonada que adquiría de la cafetería.

Luca le acompañaba de cuando en cuando a su labor de salvavidas, observando con una sonrisa como el que ahora era su ragazzo era apreciado por la gente del pueblo, quien ofrecía disculpas al moreno por pensar que alguien como el sería el culpable de los brutales acontecimientos que ocurrieron con los chicos que aparecían golpeados de la nada.

-¡En realidad dos de esos tipos se lo merecían, merecían pagar por lo que habían hecho a Luca!- Alberto exclamaba con orgullo de su trabajo, no se arrepentiría jamás de darles una paliza a esos dos tipos.

Bertian y a la peor rata de todas.

Ivan.

La gente que le escuchaba cada tarde mientras este se encontraba en su labor de salvavidas ya no le cuestionaban más, en realidad no tenían ni siquiera por qué.

Los rumores de que aquellos dos monstruos marinos habían finalmente hecho oficial su amor, ya corrían por todo el pueblo, alegrando a muchos quienes ya lo suponían y veían ver, incluso desde hacía años atrás.

Después de esa jornada laboral, la recién pareja entre risas se escabullía cada atardecer entre las olas del mar que rozaban su piel para convertirla en tonalidades violetas y esmeraldas.

No hacían nada inapropiado en realidad, solo era de su deleite observarse tal como la naturaleza los había hecho conocerse, como lo que ellos eran, monstruos marinos, enamorados.

Bajo las aguas del océano rozaban sus labios con gran ímpetu y amor, deseando que esos momentos no acabaran nunca.

En realidad no les importaba perder un par de horas bajo el mar simplemente abrazados, besando sus labios o incluso tomando pequeñas siestas acurrucados entre los corales, siendo los testigos de su creciente amor los peces que pasaban por ahí, quienes los miraban de reojo.

Cuando la noche se asomaba, por desgracia también la hora de la despedida se aproximaba, haciendo a la joven pareja subir de nuevo a tierra para tomarse en un gran abrazo una última vez, ya en sus formas humanas, para dar entre a la evidencia de la emoción tan fuerte que venía de su corazón.

Un beso más.

Casi con dificultad Alberto encontraba alejarse de su ragazzo dirigiéndose a casa donde Massimo le esperaría con la cena.

Luca por su parte volvía al océano, con su familia, a su hogar.

Pero a pesar de esa relativa distancia, ambos chicos en sus sueños se volvían a encontrar, en ese sueño ambos recorrían toda Italia, sobre una preciosa Vespa, y eran felices.

A pesar de lo que el futuro les tenia preparado a cada uno por ahora, ninguna distancia acabaría con sus sueños de cada noche, por ahora, aquellas visiones e ilusiones serían su consuelo cuando el inminente día de decir adiós se aproximara.

Pero no pensarían en tal cosa por el momento, no.

Ahora debían vivir el presente.

Un presente que en compañía de ambos, se volvía el más brillante y magnífico del verano.

Confidencias de papel ✨ Luca x Alberto  ~Cover temporal~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora