-Tercera Persona-
-...Recuerda lo que platicamos Luca...habla con mi hermano...- Susurraba Giulia en el oído de Luca, desprendiéndose lentamente de ese abrazo que era un tanto amargo para ella.
El castaño asentía nervioso, mientras miraba alejarse a Giulia hacía su habitación hasta que abruptamente esta regresaba hacia donde Luca y Alberto se encontraban para ahora darle un abrazo al de ojos verdes.
-Buonanotte hermanito- Murmuraba Giulia soltando casi inmediatamente el cuerpo de su hermano, quien permanecía inmóvil, tan solo su presencia para el era la más molesta, rodeando los ojos en desagrado.
-Vamos Luca, es hora de descansar- Exclamaba Alberto al mirar a Giulia entrar a su habitación.
Fue en ese momento que Luca sentía los nervios comerlo vivo, no tenía la menor idea de lo que pudiera ocurrir esa noche.
-C-claro...esa es mi habitación- Señalaba con la mirada el castaño, poco después abriendo la puerta de lo que el consideraba su santuario cada noche.
El lugar donde por tantos meses escribía cartas dedicadas con ese hermoso sentimiento hacia Alberto.
El moreno por otro lado iba detrás de Luca, admirando la bonita habitación del castaño. Olía a el, y era un aroma que a Alberto le fascinaba.
Estaba limpia y bien ordenada, libros en un estante mientras en la silla de su escritorio reposaba su mochila de cuero que diario llevaba a la escuela.
El uniforme planchado y casi perfectamente acomodado colgaba del closet con cuidado y una pequeña pecera con un pez dorado le daba el toque perfecto a todo el cuarto que también estaba decorado por bocetos hechos por el mismo Luca.
-¡Vaya! ¡Tienes un pez dorado! ¿Como te llamas eh?- Exclamaba con emoción Alberto, acercándose ruidosamente hacia la pecera y asustando al pequeño pez que se escondía entre las algas marinas falsas.
-¡Oh no te preocupes! ¡Soy uno de los tuyos, mira!- Alberto con cuidado metía un par de dedos al agua de la pecera, haciendo que estos volvieran a su forma natural entre colores púrpura -¿Lo ves?-
-Deja a Gianni tranquilo Alberto...Lo siento mucho Gianni, este es Alberto, también es de Portorosso como yo, y como vez también es un monstruo marino, no tienes porque temer- Suavemente se dirigía Luca al pequeño pez que lentamente salía de entre las algas para solo mirar fijamente a Alberto con seriedad para darse la vuelta y regresar a donde se encontraba.
-Lo asustaste Alberto y ahora está ofendido, Gianni está acostumbrado a la tranquilidad, quizás mañana te perdone- Luca suspiraba, dirigiéndose hacia uno de los cajones sin más que decir.
-Hm, es tan dramático como su dueño- Decía sin más Alberto dejándose caer en la cama que se encontraba ahí, era tan suave y el aroma de Luca en esas sábanas era aún más fuerte que el de ojos verdes podría quedarse ahí por siempre.
-¿Que? ¡Y-yo no soy dramático! Si no fueras tan insensato quizás no reaccionaría como lo hago, Alberto- Luca sacaba un par de pijamas que se encontraba dentro de esos cajones, sabía que Alberto no había traído lo necesario para su estancia en los siguientes días.
-¿Hablas del beso?- Alberto se incorporaba sentándose en la orilla de la cama -Lo admito Luca, no fue mi intención incomodarte pero fue un impulso, no me escuchabas y tuve que hacer algo para que te callaras-
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Confidencias de papel ✨ Luca x Alberto ~Cover temporal~
Romans~ Desde aquel primer verano en 1959 se había encargado de ser el dueño de mis emociones, de mi corazón. Podría avergonzarse de mis faltas ortográficas, escupirme, avergonzarse de mi ignorancia frente a sus amigos refinados de la ciudad... Pero a...