ɴᴏᴠɪᴏs ǫᴜᴇ sᴇ ᴏᴅɪᴀɴ |ʷᵃⁿᵍˣⁱᵃⁿ✅

Capítulo 18: Familia

Esa noche, después de que Jiang Yanli y Jiang Cheng se fueran a la Torre Koi, los dos hombres finalmente se quedaron juntos, lidiando con las repercusiones de su confesión interrumpida.

Ya era hora de dormir, pero mientras yacían juntos en la cama, los dos descubrieron que el sueño les era ajeno en presencia de preguntas sin resolver.

Lan Wangji podía sentir a Wei Wuxian dando vueltas y vueltas, así que lentamente deslizó su mano hacia la espalda de Wei Wuxian, primero acariciándolo suavemente y luego agarrándolo por el costado, atrayéndolo a su abrazo.

Un suspiro suave. Wei Wuxian se relajó en el abrazo, su cuerpo se suavizó.

—Lan Zhan.

—¿Mn?

—¿Fue todo un sueño? ¿Realmente aceptaste mis sentimientos por ti?

Lan Wangji le dio la vuelta y, mirándolo directamente a los ojos, susurró.

—No es un sueño.

De hecho, soy yo el que está soñando. Nunca pensé que llegaría el día en que podría tocarte cuando quisiera, abrazarte cuando me apetece, tomar tu mano cuando la mía está fría.

—Lan Zhan, realmente me gustas mucho. Me completas de una manera que no sabía que necesitaba. ¿Me hablarás, disfrutarás conmigo y llorarás conmigo toda tu vida?

En esa noche de luna llena, el rostro de Wei Wuxian estaba parcialmente iluminado. Parecía un descendiente etéreo del cielo, mejillas suaves y ligeramente sonrojadas, piel tersa, labios hermosos y carnosos. Lan Wangji asintió hacia él, antes de acercarlo para besarlo.

Esta vez, no era tan difícil ni tan desesperado como antes. Los dos disfrutaban de la presencia del otro, lenta, suavemente, pacíficamente. Todas las preguntas, todas las dudas y las penas parecen desvanecerse, dejando solo el momento, sus sentimientos y las caricias que ambos han anhelado por un tiempo.

Wei Wuxian terminó durmiendo sobre el pecho de Lan Wangji después de decir que quería escuchar los latidos de su corazón para asegurarse de que no estaba soñando. Mientras miraba a Wei Wuxian roncando suavemente, recordó las palabras del hombre del Santuario Puqi.

—No lo olvides, cuando creas que se te acabó la paciencia, detente y respira. Hará toda la diferencia—. Lo que parecían divagaciones absolutas en ese entonces tenía perfecto sentido ahora.

De hecho, cuando Lan Wangji, herido y rechazado por Wei Wuxian, estaba a punto de abandonar los túmulos funerarios por la mañana, podría haber sacado a Bichen, volando lejos lo más rápido posible. Sin embargo, un instinto interno o tal vez algo más, lo detuvo, diciéndole que se tomara su tiempo, que esperara. Y eso lo había hecho. Deliberadamente había disminuido la velocidad al salir, sus oídos escuchando los pasos detrás de él.

En el fondo, pensó que solo estaba teniendo una esperanza poco realista, pero ese momento de vacilación lo había llevado a este hermoso milagro de la confesión de Wei Wuxian, que nunca podría haber esperado.

Tal vez podamos volver a ese santuario algún día, para recibir bendiciones para nuestro matrimonio.

Y con este pensamiento, el aliento de Wei Wuxian calentando su pecho y una pequeña sonrisa en sus labios, Lan Wangji se durmió.

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Después de múltiples correspondencias y conversaciones, la mayoría de los tecnicismos de la Ceremonia de Purificación se habían resuelto. Dado que A-Yuan había penetrado previamente en la jaula del resentimiento en los túmulos funerarios, él y Wei Wuxian tuvieron que someterse al ritual juntos. Como estaba prohibido usar la ceremonia en la gente común, A-Yuan necesitaba ser adoptado en un clan, al igual que Wei Wuxian, al final de la ceremonia.