El cielo es azul - [Hyunho] [✓]

XIV

La almohada tapaba el rostro triste de Hyunjin, quién se encontraba en su cama con los brazos extendidos hacia sus costados y las piernas en igual posición. Una estrella en la cama y una bolita llena de miedo por dentro. Haber huido de la escena cuando le reveló a Maeve que Minho jugaba un papel mucho más importante en su vida del que pensó, fue la gota que rebalsó el vaso y otra vez se encontraba corriendo en círculos. ¿Se había adelantado? ¿Debería haber postergado la noticia? ¿Estaba mintiendo cuando dijo aquello o asumiendo la realidad? ¿Por qué la tierra no se abrió cuando lo pidió y por qué debía seguir peleando con el destino? Estaba claro que esa guerra no era justa.

La puerta de su habitación se abrió, pero Hyunjin no se movió ni un centímetro. De pronto, un cuerpo se tumbó a su lado y el silencio volvió a reinar en la habitación. Hyunjin levantó levemente la almohada de su rostro para ver cómo Chris se encontraba a su lado, en la misma posición y con la otra almohada en su cara. Hyunjin volvió a hundir su nariz en la tela.

—¿Por qué estamos triste? —preguntó el mayor, hundiendo su voz en la almohada.

—Tú no lo sé, yo por seguir respirando —respondió Hyunjin, también ahogando sus palabras en la tela de su almohada.

—Si tú estás triste, yo me veo en la obligación de estarlo también —devolvió Chris, quitando ya la almohada de su cara y apoyando el peso de su cuerpo de costado para mirar al menor con una mueca. Estiró su mano y sacó la almohada de su triste rostro—. Oh, estuviste ahí todo este tiempo. Hola, Hyunjin.

—Devuélveme mi almohada, no puedo exponer mi rostro al mundo.

—No hasta que me des la explicación de porque huiste ese día de la cocina luego de dejar en claro que ya conociste a tu otra mitad y de porque ahora estás en un estado tan deplorable que si llegas a mirar al cielo, seguro termina lloviendo.

Hyunjin abrió los ojos y miró a su hermano con un leve puchero en su boca. Soltó un suspiro y se incorporó en su lugar, sentándose con las piernas en su pecho y dispuesto a desahogarse del todo con aquel ser humano que le había brindado un brazo después del empujón de la vida.

—A veces, eres insoportable —murmuró el menor, recibiendo una sonrisa por parte del mayor—. Bien, si conocí a... esa persona, pero no es para nada fácil de aceptar y eso está causando que actúe como un idiota últimamente.

—Y no es Maeve —aseguró Chris, entendiendo por donde iba la conversación.

—No, ella y yo terminamos.

El rostro del mayor denotó comprensión.

—Oh, entiendo —soltó, tomando la almohada del menor de nuevo—. Toma, puedes seguir llorando, terminar con quien amas por el destino debe ser difícil.

—No estoy triste por mi ruptura con Maeve. —Hyunjin corrió la almohada con la mano y negó levemente con la cabeza, sabiendo que quizá ahora comprendía que de todo lo que el destino había hecho, hacerlo comprender lo mal que iba su relación antes de su llegada, era de lo más aceptable—. Estoy así porque en un arrebato de ansiedad le dije a Maeve quien es esa persona.

—Lo siento, no logro captar el momento exacto donde tú vida cayó en picada —Chris le miró sin comprender, con una ceja alzada y abrazando la almohada que el menor rechazó—. Escucha, llorón, en algún momento ibas a tener que decírselo, ¿no es así? Seguro que lo entenderá.

—Ella lo entiende, yo soy el complicado aún —acotó el menor, recibiendo un suave "tienes razón" por parte de su hermano. Le miró de mala gana—. Es difícil, imagina lo que dirán los demás cuando sepan quién es Minho en mi vida.

—Tu alma gemela —soltó el mayor, haciendo a Hyunjin hiperventilar ante esa afirmación. Soltó una risa cuando el menor le robó la almohada y le golpeó con ella fuertemente—. Por Dios, Hyunjin, ¿que tanto te puede importar que digan los demás?