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Los Funtime estuvieron despiertos casi toda la noche. Baby tuvo que ingeniárselas para poder detener el agua que salía a montones de la ducha, terminando totalmente empapada y agotada. Le informó a Freddy y a Bon Bon que su habitación quedaría temporalmente inaccesible, ya que el agua había logrado mojar gran parte de la habitación en muy poco tiempo (incluyendo sus cosas personales). Determinó lo que pasaría con Freddy, ordenando que él y Bon Bon se quedaran en la habitación de Chica, y ella se quedaría con Foxy.

A Chica le encantó la idea de estar con Foxy. Él en cambio, no sabía lo agobiante que podía ser. Desde que Chica se instaló esa misma noche no dejó de hablar de cosas sin relevancia, como la pizza o los pasteles que tanto le gustaban a la Funtime. Ella era muy dulce; enérgica y alegre, aunque llegara a ser un tanto sofocante, era una compañía espectacular.

Se durmieron a eso de las tres de la mañana, decidiendo quedarse en la misma cama. Foxy casi se cae por los movimientos de Chica. Además, se estuvo moviendo constantemente cada que esta quería abrazarlo en busca de afecto. Al final, Foxy se quedó dormido con Chica abrazándolo.

Al despertar, estuvieron en la misma posición. Foxy tenía un tremendo dolor de espalda, pero hizo caso omiso ante ello. Chica le tenía tanta confianza que hasta incluso le invitó a que se ducharan juntas. Una de las situaciones más incómodas para Foxy, pero de las más divertidas para Chica. Tanto así que finalmente aclaró aquella duda persistente sobre el género de Foxy. ¿Se lo diría a Freddy? ¡Para nada!

Se vistieron, peinaron y maquillaron mutuamente como si fueran hermanas de toda la vida. Luego, la diversión que tenían se esfumó en el momento en el que llegaron a la cocina para desayunar. Ahí divisaron a Freddy, sentado frente a la mesa, dándole de comer a Bon Bon quien yacía sentado sobre la mesa. El de cabellos blancos frunció el entrecejo al verlas entrar, pero prefirió centrarse en alimentar a Bon Bon. Aunque Chica lo saludó, este tenía una cara de que si le hablaban soltaría golpes sin detenerse.

—Le llevaré el desayuno a Ballora — dijo como una excusa para salir de ahí lo antes posible. Odiaba las situaciones tensas.

Mientras Chica le preparaba un pequeño desayuno de frutas a Ballora, Foxy sacó del refrigerador un pastelillo de fresa. Se sentó a unos metros de distancia de Freddy más que nada porque no tenía más opciones. 

—¡Quizás no los vea de nuevo! — decía acercándose a la puerta con una bandeja con el desayuno en las manos —. ¡Buena suerte en el show de hoy! — les dijo entusiasmada, pero ninguno de los tres dijo algo. Y sin más, salió de esa habitación. Apenas estuvo fuera, soltó un suspiro aliviado, encaminándose a la habitación de Ballora.

Como era de esperar, Freddy y Foxy no se dirigían mirada alguna, y mucho menos palabras. Bon Bon estaba terminando de dar sus últimos bocados, viendo de reojo al zorro.

—Ya está. ¿Satisfecho? — le preguntó Freddy con una voz calmada que era muy poco común.

—Sí, gracias — sonrió levemente, deseando que no hubiera ningún conflicto.

Foxy terminó su pastelillo. Observó a Freddy, el cual dejó el plato y los cubiertos que Bon Bon utilizó en el lavaplatos. No pudo evitar esbozar una sonrisa de placer por verlo tan decaído.

—¿Por qué sonríes? — preguntó un desconfiado Bon Bon.

Foxy lo vio, volviendo a sonreír.

—El karma es realmente hermoso — dijo, levantándose de su silla. Se limpió el vestido totalmente blanco con las manos para asegurarse de que estuviera libre de cualquier miga del pastel que había comido.

—¿Qué insinúas con eso? — esta vez, era Freddy quien le preguntó, con una preocupante calma. Se giró para encararlo, apoyando las palmas de las manos contra el borde del lavaplatos.

—Que eso quede a tu imaginación — respondió risueño.

—Déjame adivinar, ¿fuiste tú quien rompió mi ducha anoche? — al ver la sonrisa descarada de Foxy, sentía que ya no podría controlarse ni porque Bon Bon estuviera ahí —. Dime, Foxy, ¿fuiste tú? — dijo, acercándose peligrosamente al contrario, haciéndolo retroceder por instinto.

Foxy ahora estaba encarándolo de frente. En su semblante no había ningún rasgo de miedo o inferioridad. Estaban en un mismo nivel.

—Y si así fuera, ¿qué?

No fue consciente de lo que significaría sus palabras. De forma rápida y violenta, Freddy le tomó del cuello, pegándolo contra la pared e imposibilitándole cualquier tipo de movimiento.

—¡Oh, por favor! ¡Dime que fuiste tú, por favor! ¡Dime que fuiste tú para poder destrozar tu maldita cara a gusto! — estaba totalmente desquiciado. Bon Bon se quedó inmóvil, sin saber qué hacer.

Foxy pedía que le soltara, pues su agarre era fuerte y le cortaba el aire. Al ver que poco más y le asfixiaba, Freddy aflojó su agarre, pero sin soltarlo todavía.

—¡Estás enfermo! — exclamó el zorro —. ¡No, no fui yo! ¡Pero estoy feliz por lo que te pasó porque te mereces eso y más! — le golpeó el pecho repetidas veces en un vago intento de que lo soltara.

De repente, la mirada de Freddy pasó a una más serena. Sin embargo, seguía manteniendo su actitud posesiva y violenta contra Foxy. Le analizó, de una manera tan lenta que hacía sudar al zorro. Observó cada detalle de aquel cuerpo que tenía frente suyo, que le hacía perder la razón cada que lo veía. Foxy utilizaba un vestido blanco que le llegaba a las rodillas, era un vestido con mangas, que le cubría gran parte del pecho, pero dejaba a la vista su clavícula marcada. Vio su respiración agitada, su angustia de querer irse cuanto antes. Acortó todavía más la distancia que había entre ellos, acercando su nariz y boca al cabello de Foxy. Foxy temblaba, confundido de lo que estaba pasando. No estaba seguro, pero podía percibir que Freddy estaba haciendo algo extraño, como si estuviera tomándose un momento para guardar lo que estaba sucediendo en su mente. Luego, procedió a acercarse a su oreja para susurrarle.

—Te odio, y odio lo que provocas en mí — le soltó abruptamente, tomando distancia.

Apenas Foxy recuperó el aire, se incorporó, dándole una cachetada que se escuchó por toda la cocina. Bon Bon se cubrió la boca con las manos, atónito.

—¡No te atrevas a tocarme de nuevo! — dijo con evidente molestia. Salió de la cocina dando un portazo.

—¡Freddy! — exclamó Bon Bon —, ¡¿qué demonios te está pasando?!

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