-Hijo-

13 3 0
                                    

Sentí una oleada de frío y mi cuerpo se estremeció, al abrir los ojos me encontré empapada y amordazada.

-Así que tú eres la que ha estado jodiendo nuestros planes Diorety- dijo una voz rasposa a mis espaldas.

Yo no era una Diorety, esa es mi madre.

Al querer voltearme recibi otro golpe en mi mejilla.

Mierda...

Examine todo y al darme cuenta de que había alguien con un pasamontañas a mi lado izquierdo que asumo que fue el que me golpeó.

-Nuestra organización ya había pagado las deudas con la mafia, ¡¿Que más quieren bastardos?!-Gritó el tipo de atrás.

Quería hablar, pero al momento de estar amordazada no dejaba mucho que decir por mi parte.Se acercó a hablarme al oído, escuchaba su respiración

-¿Que?, te comió la lengua el gato -me estremecí al instante.

Di un cabezazo hacia un lado y logre golpearle dejándolo un poco aturdido y maldiciéndome. Claramente recibió un castigo por parte de su lacayo a mi lado.

Me tomo del cabello y jalo mi cabeza hacia atras.

Estaba en la espera de otro golpe pero jamas llego, en su lugar se oyo una puerta de metal chirriando en alguna parte del cuarto.

-Señor, su hijo a llegado, como lo órdeno- habló una tercera persona y de nuevo escuche el chirrido de la puerta cerrandose.

El lacayo que me tenia del cabello a nada de arrancarme el cuero cabelludo estaba aturdido por la situacion, por alguna razon y comenzo a aflojar su agarre.

Tontamente trate de moverme para calmar un poco el dolor del apretón.

En respuesta conseguí que me tomara aún más fuerte y solte un grito amortiguado por la mordaza, al parecer eso no le gusto a mi verdugo ya que habia colmado su paciencia y me golpeo en el estomago al rededor de unas 3 veces. Antes de llegar al cuarto sentí que me faltaba el aire.

-¿Quién es?- logre escuchar a nada de desmayarme una voz bastante conocida.

-Jefe, puedo quitarle la mordaza para escuchar sus gritos-habló mi queridisimo amigo sádico a mi lado.

No oí respuesta por su parte pero aún así me quitarón la mordaza.

Me dio otro golpe, directemente en las costillas que senti que me rompia algo.

Me quede callada. No le iba a dar la satdisfacción a este sadico de poder conseguir un poco de mi dolor.

Mordi tanto mis labios tratando de aguantar cada golpe que estaba sangrando. Al parecer se estaba cansando ya que bajaba la fuerza con la que me embestian sus golpes.

Por fin dejo de torturarme y quedo a una altura derrotado, mirándome a los ojos. Lo tenia con la guardia baja. Intentando asegurar mi lapida le di un cabezazo que lo arrojo al suelo y al parecer desmayado.

Me dolía la cabeza un infierno, pero todo por ver eso y mas valía la pena.

-Acercate hijo, te toca hacerla hablar y ya deja esa porqueria, estas trabajando, luego hablas con tus amiguitas y tus maricadas, ve antes de que muera-habló la voz rasposa.

Sin más aliento en mi hablé.

-Vallanse al infierno.

-¡Lune!- Escuche no tan lejos.

Al instante senti que alguien se arrodillo frente a mi. Pero ya no di para más y volví a cerrar los ojos.

-.-.-.-.-.- .-.-.-.-.-.-.-.

indiscretaWhere stories live. Discover now