XXII

140 12 2
                                        

✧JUNTOS, EVE Y NICK✧

Cuando deje de correr, casi me quedo sin pulmón.

No mentira.

Deje de correr a los cinco minutos porque encontré una parada de autobuses.

Sorprendentemente había gente. Bastante. Y eso que debía ser poco más de las dos de la mañana. Asique, como no tenía dinero, me colé, me senté como si nada y puse a Coco en mi regazo.

Nadie me preguntó nada, y tampoco dije nada.

Cuando me subí al bus no sabía ni cuál era su destino final. No sabía el destino del bus iba a saber el mio.

Solo sabía que necesitaba salir de ahí. De ese pueblo que me asfixiaba. De todo lo que me asfixiaba y no me dejaba estar en paz conmigo misma.

Mientras pensaba en todo lo que había pasado en aquel día, casi me pongo a reir de lo culebrón que era. Netflix ya me podía haber pagado para hacerles una serie de mi vida.

El resto del viaje lo pasé con miradas curiosas. Miaspecto debía ser lamentable, pero no me podía importar menos.

Así que cuando reconocí haber estado un día en una de las paradas cuando tuve que ir a su casa, me bajé.

Caminé un rato antes de llegar al lugar al que menos me había esperado ir después de la escena que estaban montando Nick y Josh.

Nick.

Él había estado enamorado de mi desde antes de que esto empezara, fuera lo que fuera que hubiera empezado.

Y aunque nada me cuadraba, a la vez si lo hacía. Cuando me odiaba, me quería.

Si volvía a hablar con él, le diría que me lo explicara todo de principio a fin. Desde cuando nuestras miradas se conectaron por primera vez hasta cuando volvió de Nueva York por razones que todavía desconocía.

Me pregunté si el que me hubiera empezado a hablar al principio solo era una venganza contra Josh porque habíamos salido en su momento, o solo porque había tenido la oportunidad finalmente y la había aprovechado.

Miles de dudas asomaban por mi cabeza, y a todas quería que les diera respuesta Nick.

Porque me seguía gustando.

Si me hubiera dejado de gustar en el momento en el que Josh y él empezaron a soltar toda la mierda, sabría que solo era una mera atracción.

Pero no, porque seguía imaginándomelo tan guapo y perfecto, con todos sus defectos y virtudes, pero siempre perfecto.

Quizás era más que un simple "me gusta". Bueno, no quizás, porque de eso estaba segura. En ese momento, ahora y siempre.

Asique, sin darme cuenta, llegue a su casa.

Solo había estado una vez, y fue con Izz. Después de todo, era la cas de su novio. Y tampoco es que Albert y yo fuéramos los mejores amigos.

Llame a la puerta.

Bostece mientras él abría la puerta. Tenía sueño y me dolía la cabeza. Maravillosa combinación para tomar una pastilla y dormir por horas.

—¿Eve? —se frotó los ojos y enfocó la vista—. Te ves de pena...

—Vaya, que majo. No sabía que la sinceridad era lo primero que recibías cuando alguien viene a tu casa. Si lo se mejor me lo pienso antes de llamar.

—Que graciosa, ¿qué haces aquí? ¿Le ha pasado algo a Isobel?

—¿Lo primero que preguntas al verme con este aspecto es que si le ha pasado algo a Iz? —me hubiera cruzado de brazos si no fuera porque seguía sosteniendo a Coco—. Está trabajando. ¿Me dejarás pasar?

Una Cenicienta DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora