XI

122 9 0
                                        

✧LA GALA MALDITA DE JULIETH WALKER✧

Estábamos a principios de octubre y se empezó a especular que ese año no habría gala de recaudación de fondos el día treinta y uno.

Normalmente los Walker celebran Halloween por todo lo alto. Montan una tremenda gala "benéfica" para recaudar fondos, pero eso era lo que menos hacían. En esas galas siempre salía algo mal. Que si alguien moría de un infarto —algo que si había pasado—, que si se sacan a relucir los trapos sucios de tu competencia, que si se cierran tratos millonarios, que si, que si...

Aunque si te parabas a pensar, lo malo nunca les ocurría a los Walker sino a gente que le tenía jurada.

Julieth Walker fundó esa gala, esa mujer podía ser un amor con sus hijos, pero eso solo era una cara. La otra cara montaba esa gala para divertirse a costa de lo que les pasaba a los demás. Porque esa gala de Halloween estaba maldita.

Puede que para mi también estuviera maldita esa gala. Porque como a la Cenicienta —la que habla con pájaros— se le cayó el zapato, a mi también se me cayó algo más, o bueno, me lo robaron.

Normalmente, a principios de octubre nos avisaban a los empleados que nos necesitan el 31 por la noche, pero estábamos a diez y todavía nada. Por eso, cuando Josh me secuestró y encerró en una habitación, tirando de mi brazo me sorprendió lo que me iba a decir.

—¿Qué haces el 31? —pregunto nada mas estamparme cuidadosamente en la pared de la habitación y acorralarme.

De verdad que ese chico no paraba de intentar recuperarme.

—¿Por qué? —cuestioné incómoda. Esta posición me incomodaba. Si se inclinaba un poco podría darme un beso perfectamente.

—¿Eso es un no? —me sonrió pícaro. No caí con esa sonrisa como lo hubiera hecho anteriormente, cuando estábamos en una relación.

—Depende.

—Perfecto, comprate un vestido y tienes prohibido trabajar —Me miro los labios. Mas incomodidad y ganas de tirarme por un acantilado para huir de eso.

Se acercó milimétricamente, tanto que sentía su aliento. El cual, por cierto apestaba, y me tuve que contener para no poner una mueca.

¿Que había comido, ajos?

—No iba a trabajar... —entonces supe por donde iban los tiros. ¿Se celebrará la gala?

—Te lo pedirán. Al final se celebrará la gala por petición de Baile.

—Me lo pensaré —puse mis manos en su pecho para separarlo un poco, y sonreí incómoda.

¿Estaría bien ir a la gala con él? Me refiero a que, solo quería ir a la gala (a la que nunca había ido como invitada) para vivirlo como invitada, no como personal.

Eso sería aprovecharme de Josh. De su "amor" por mi.

Necesitaba el consejo de Isobel. Y ya mismo.

Aunque cuando pensé en eso yo ya sabía lo que quería hacer, solo que si alguien me decía lo que quería oír no me sentiría tan culpable.

Se acercó para besarme, y me escabullí por debajo rápidamente, haciéndole una cobra. Fui a paso acelerado a la puerta. Josh no se dio cuenta hasta que beso la pared y yo ya estaba saliendo por la puerta. No me sentía culpable, más bien aliviada.

—Evelyn, ¡¿te gusta hacerte la dura?! —oi cuando ya estaba por el pasillo.

Odiaba el nombre de Evelyn. Me recordaba a mi madre, a las últimas palabras que me había dicho. Llamándome por mi nombre. Ella fue la última en decirme Evelyn. Y ahora Josh le había quitado eso. Si no tuviera su muerte superada, me hubiera puesto a llorar como una regadera.

Se generosa y ten valor. Te hará falta.

Sus palabras me vinieron a la mente. Eso no servía para nada, pensé. El mundo era injusto, y si eras generosa no recibirás nada bueno. Lo de tener valor todavía lo entendía, pero generosa.

—Isobeeeeeel —llame a mi mejor amiga al llegar a la cocina.

—No me digas Isobel —me miró, con su ceño fruncido.

—¿Por qué, Isobel? —le moleste, remarcando su nombre—. ¿No te gusta que te digan Isobel? —contení mi risa—. ¿Pero si es muy bonito Isobel... puede que le ponga a mis hijos y todo...

—Anda, déjame trabajar, que me despidieron como a Azami.

Auch —puse mi mano en el corazón como si me hubiera dolido eso—. Como se, necesito tu consejo.

—¿Desde cuándo necesitas mis sabios consejos?

—Tus consejos no son sabios —la señale, y me senté en la isleta de la cocina—. Son malos, por eso los sigo.

—Pues los tuyos no son mucho mejores —se defendió, salpicandome agua desde sus manos por haberlas mojado.

—Yo al menos lo acepto —abrió la boca en una O, ofendida de broma. Yo sonreí inocente.

—Bueno, dime porque requieres de mis terribles consejos... —puso sus brazos en la encimera de la cocina, mirándome, a la espera.

—Me han invitado a la gala de Halloween—empiezo, pero me corto a principios de explicación.

—Pero si no se celebra —hice mi tic del ojo.

Y antes de que siguiera con mi privilegiada información, entró Nick Walker en la cocina, con su padre al lado. Me levanté del asiento de la isleta rápido.

Que me llevara bien con el viejo Walker, y lo tratara como si fuera de mi familia a veces no quitaba que le tuviera respeto.

—Chicas —comenzó Will—. Reunión en mi despacho con todo el personal. Ahora.

Mire a Nick al detalle, sin sentido alguno. Segui igual de alto, igual de fuerte e igual de atractivo. Que envidia ser tan guapoooo. Cuando me miró, aparté la mirada apresuradamente, enrojeciendo mínimamente o mucho más que lo mínimo.

Entonces, se fueron.

—Luego me cuentas eso que necesitas mi sabio consejo.

Dijo mientras seguía a esos dos señores atractivos y me guiñaba el ojo. Puse los ojos en blanco. Porque aunque el Will fuera viejo seguía siendo atractivo. La genética de esa familia era una genética de oro o algo, porque... porque.

Cuando creí que ya mi cara se había restablecido de mi sonrojo, fui al despacho. Cuando abrí la puerta, vi al personal —realmente no éramos muchos, solo los necesarios—, a William, a Nick, Bailee, Liam y a... Josh. Claro que tiene que estar ahí.

—Perdon por el retraso —me disculpe un poco nerviosa por todas las miradas puestas en mi—. Em... había... había una máquina que debía apagar... si, eso mismo.

Como puedes ver, querido lector, mi imaginación para las mentiras no era malísima, era ultra malísima. Peor imposible.

Claramente, mi mentira fue tan mala que no se la creyeron, pero hicieron como que si.

Mis ojos se deslizaron a Nick, quien ocultaba la risa mordiéndose el labio. Lo fulminé mientras me sentaba al lado de Izzy.

✧✧✧

Que mala escritora soy. Pero no por lo que escribo (eso ya es depende de la persona). Sino porque me olvido de publicar los capítulos cuando toca. Osea, mi cabeza es un desatre natural que no tiene remedio.

Debería ponerme una alarma  o algo, porque a este paso me olvido de hasta de como se publica un capítulo. JAjajaaj

Pero bueno. Voy a intentar compensar hoy un poco.

Nos leemos <3.

L.

Una Cenicienta DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora