𝗗𝗲𝘀𝘁𝗶𝗻𝗲𝗱 ✓ ⭒ 𝗝𝗔𝗧𝗣

𝐓𝐞𝐥𝐥 𝐦𝐞 𝐭𝐡𝐚𝐭 𝐲𝐨𝐮 𝐥𝐨𝐯𝐞 𝐦𝐞

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—¡No! ¡Deja de tocar mis cosas! —le grité a Alex mientras intentaba quitarle de las manos las letras de mis canciones.

Estaba sobre su espalda estirada, intentando alcanzar los papeles, pero Alex no paraba de moverse.

—Solo quiero leer las cosas que compones sobre Luke —me dijo intentando quitarme de encima suyo.

—¿Sabes lo que es la privacidad? —me retorcí hasta conseguir quitarle los papeles—. ¿Acaso te digo yo que me digas lo que sientes por Willie?

—No es lo mismo, yo no escribo canciones sobre él.

—Yo escribo canciones para desahogarme y expresar lo que siento, pero eso no significa que quiera que lo leas —le dije guardando las canciones en mi mochila.

—Si le contaras a Luke lo que sientes por él, todo sería mucho más fácil y serías mucho más feliz —me dijo él.

—Sam dijo lo mismo, ¿pero como narices sabéis cómo soy yo más feliz? —le pregunté dándole la espalda.

Sí, he dicho Sam porque el día después de la actuación en el Orfeón terminamos con nuestra relación.

—De verdad que lo siento —le dije apenada.

—Oye, nadie puede controlar lo que siente —dijo colocando su mano sobre mi hombro—. Y si de verdad quieres a Luke, sea fantasma o no, lucha por él. No te quedes callada. Demuéstrale que jamás encontrará a nadie mejor que tú.

Sam se tomó muy bien lo de los fantasmas, y no dudó de ello ni un segundo, cosa que me alegró bastante.

—Todavía es pronto para que me des consejos sobre nuevas relaciones —le dije y él sonrió.

—Bueno, antes de ser pareja fuimos muy buenos amigos, Sarah, eso no tiene que cambiar. Yo te quiero muchísimo y me preocupo por tí. Solo no te hagas daño, ¿vale?

—Te lo prometo —dije antes de abrazarlo por la cintura—. Y gracias por todo lo que has hecho por mí.

—Se que tú hubieras hecho lo mismo por mí —dijo dándome un beso en la cabeza.

—Sé que Luke te hace feliz por como os miráis —me dijo Alex con una sonrisa.

—¿Y tú con Willie? ¿Cuando voy a conocerlo? —le pregunté para cambiar de tema y su sonrisa decayó.

—No lo sé, no lo he vuelto a ver desde la mañana del Orfeón —dijo algo triste y le di la mano.

Aún era muy extraño el hecho de poder tocar a los chicos, quiero decir, son fantasmas. Están hechos de aire, ¿como era posible tocarlos?

—Se ve que no tenemos la mejor suerte en cuanto al amor —le dije apoyando mi cabeza en su hombro.

—Eso parece —dijo suspirando, apoyando su cabeza sobre la mía.