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SEOKJIN.

Golpeando la llema de mis dedos sobre la tapa de la pequeña caja en mis dedos, observé el patrón navideño estampado en la misma mientras movía mis pies con impaciencia. Estaba sentado en los últimos peldaños de la escalera en espera de que Jungkook pasara a buscarme para comenzar con la lista navideña. Ni siquiera sabía en  qué consistía  la misma pero él había asegurado que nos divertíamos mucho y aunque no confiaba en que tuviesemos la misma definición de esa palabra, realmente tenía ganas de intentarlo.

Las vacaciones habían comenzado y Jungkook había hecho un itinerario para nosotros hasta la navidad. El obsequio en mi mano era uno de los siete que había dejado para mi con anterioridad con las indicaciones de abrir uno por día. Aunque tenía curiosidad por saber lo que había dentro de la cajita, no había cedido a mi curiosidad en espera que Jungkook llegara para poder abrirla. Era tonto, me sentia estupido esperando pero no podía detenerme de hacerlo.

—Hola, tú —Jeongin se dejó caer a mi lado, mirándome con curiosidad—. ¿Qué se supone que estás haciendo?

—No te importa, ve a mirar revistas de moda con Jihyo —lo despaché.

—Si sabes que no me iré hasta saber lo que estás planeando, ¿verdad?

Lo miré con fastidio, apartando mi mirada de la puerta principal por un momento—. ¿No tienes nada mejor que hacer que fastidiarme?

—No. —negó—. Jihyo esta hablando por teléfono con una de sus amigas y tengo la impresión de que va a tomarse su tiempo con eso, así que no tengo nada que hacer hasta que corte.

—¿Por qué no vas a meter la cabeza dentro de un charco? Le harías un favor al mundo si dejas el rostro más de dos minutos bajo la superficie.

Puso mala cara pero no pareció desanimado por mis palabras—. ¿Qué tiene la caja?

—No la he abierto.

—¿Por qué no? Es un regalo y dado que ustedes no celebran la navidad, supongo que puedes abrirlo ahora.

Dirigí mi mirada a la puerta—. Aún no puedo abrirlo pero lo haré pronto.

—Pero quiero saber lo que hay dentro —jaló la manga de mi abrigo.

—Pues, te vas a quedar con las ganas de saber —el timbre me salvó de tener que seguir con la charla.

Poniéndome de pie, corrí hacia la puerta y la abrí—. Ho-hola.

Jungkook sonrió—. Hola, pequeño —saludo—. ¿Listo para irnos?

Asentí rápidamente, apretando mis dedos en torno a la caja.

—Hey, ¿a donde vas? —Jeongin se acercó a nosotros—. ¿Y desde cuándo tú sales con alguien que no es de la familia? No es que me queje pero tú repudias al resto de la humanidad.

Le fruncí el ceño—. No a Jungkook.

—¿Ya no me odias? —preguntó el pelinegro, sorprendido.

—No, pero no juegues con tu suerte. —le advertí.

Eso solo lo hizo sonreír más antes de tomar una de mis manos y jalarme dentro de un apretado abrazo. Nunca había sido una persona a la que le gustaran las muestras de afecto pero no tuve el irresistible impulso de apartar a Jungkook que aparecía cuando alguien se acercaba demasiado, así que no lo hice.

Jeongin nos observó con curiosidad—. Ni siquiera sabía que ustedes dos se conocían.

—Vamos al mismo instituto.

—Y somos novios —agregó Jungkook, dándole una mirada  orgullosa a Jeongin.

La boca de Jeongin cayó abierta—. Tú... tú... y él... y tú…

Socialmente Torpe [KookJin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora