JUNGKOOK.
—¿Qué estás haciendo?
Reí ante la indignada voz de Jin, aún con mis brazos aferrando su delgada figura por la espalda mientras nos movíamos torpemente por el pasillo del instituto. Las vacaciones habían terminado y tuvimos que volver a la escuela. Eso no quería decir que todo volviese a ser como antes, muchas cosas habían cambiado entre nosotros y no tenía ninguna intención de que nos olvidaramos de ello.
Aún estábamos trabajando en las demostraciones públicas de afecto. Jin no era muy bueno con ellas por el momento pero tenía la suficiente paciencia para tratar con él y sus ceños fruncidos.
—Te abrazo —contesté su pregunta con obviedad, dejando un sonoro beso en su mejilla.
—Ya me di cuenta de esa parte, idiota —me miró sobre su hombro—. Estamos en público, Jungkook. Esta demostrado que a pesar de que los prototipos de parejas han estado cambiando en el último tiempo, muchas personas aún se sienten incomodas al enfrentar muestras publicas de amor entre personas del mismo sexo, ya sean dos hombres o dos mujeres, y...
—¿Acabas de decir amor? —lo interrumpí.
—¿Entendiste lo que estoy tratando de explicarte? —replicó, sus mejillas coloreandose cuando volvió a mirar al frente del pasillo.
—Ouh, mi pequeño nerd acaba de admitir que me ama, ¿no es eso tierno? —susurré antes de hundir mi rostro en su cuello y soplar, logrando que él se carcajeara en mis brazos. Ese era un punto de su anatomía que Jin había prohibido que tocara pero como amaba escucharlo reír, lo hacía cada vez que podía.
Sentí sus dedos enredándose en mi cabello cuando jaló el mismo, intentando alejarme de su piel—. Jungkook no —jadeó entre risas.
—¿Por qué no? Tu risa es hermosa.
Nos detuvimos frente a su casillero y decidí darle un respiro, aun así no alejé mis brazos de su cintura. Lo observé dejar sus libros dentro del mismo mientras arrojaba una mirada alrededor, captando a varias personas mirándonos, había varias con sonrisas tontas, algunos no parecían estar cómodos con nosotros pero el resto parecía solo curiosidad.
Cuando Jin se giró en mis brazos, automáticamente lo miré, notando sus sonrojadas mejillas, aunque no pude adivinar si eran debido a la risa o a la vergüenza.
—No me hagas reír en público, mi risa suena horrible. —pidió, mirándome a través de sus gruesos lentes.
—Tu risa suena increíble, la amo. Es única. —aseguré, sonriendo con maldad antes de mover mis cejas—. Es más, ese sonido hasta me excita.
—Jungkook. —me miró con advertencia pero lo ignoré cuando me incliné para besar los bordes de sus labios.
—¿Qué te parece si vamos a la habitación del conserje y hacemos...?
—Eso no va a suceder —aseguró.
—Bien, entonces mi auto. —aventuré—. Puede ser un poco incómodo pero estaremos bien.
Sus manitas enmarcaron mis mejillas cuando me obligó a mirarlo a los ojos y repitió—. Eso no sucederá, tengo clases y un perfecto nivel de asistencias que quiero conservar.
Hice un puchero—. Eres aburrido.
—¿No te habías dado cuenta de eso antes? —hizo un gesto con su mano, abarcando su cuerpo—. ¿Los lentes de pasta, la ropa pasada de moda y mis brazos llenos de libros no te dieron ninguna pista? Sabía que eras lento pero pensé que estabas evolucionando, cavernícola subdesarrollado.
Me podría haber ofendido un poco por ese último comentario pero la suave curva de sus labios y el brillo divertido en sus ojos me dijo que la pequeña mierda solo estaba jugando conmigo.
—Te daré tu cavernícola, pequeño nerd —antes de que pudiese hacer algo, lo arrojé sobre mi hombro, cerrando la puerta de su casillero, y comencé a caminar por el pasillo, ignorando completamente su gritos y las miradas extrañadas que estaban atrayendo.
Había aprendido de memoria las clases que Jin tenía ese día para poder estar allí cada vez que saliera de una, por suerte, la primera era una que compartíamos, así que solo me dirigí directamente al laboratorio de biología. Saludé con una sonrisa a la profesora detrás del escritorio, quien me miró de forma extraña, antes de finalmente dejar a Jin sobre una de las grandes mesas de mármol de adornaban el aula.
Su ceño fruncido era adorable, así que me acerqué y dejé un pequeño beso en sus labios que lo derritió un poco.
—Toda la escuela nos vio. —acusó.
—Si no hubieses gritado tanto, tal vez nadie se habría dado cuenta de que pasabamos.
—Por supuesto que se hubiesen dado cuenta, me traías en tu maldito hombro. Creeme, hombre de las cavernas, nadie hace eso en este siglo, no es para nada civilizado.
Sonreí—. Aceptalo, amas que te arroje sobre mi hombro y les deje a los demás claro que eres mi nerd.
Sus ojos se estrecharon, sus labios se apretaron juntos, las arruguitas en su frente se alisaron y una pequeña curva jaló los bordes de su boca. Aún así, se mantuvo callado.
—El que calla, otorga. —canturreé.
Sacudiendo la cabeza con diversión, se inclinó y unió nuestros labios en un suave beso que respondí sin vacilación. Solo el sonido de la profesora aclarándose la garganta logró que nos separaramos. Reí al ver las mejillas de Jin rojas de vergüenza antes de que hundiera su rostro en mi cuello. Oh, mi bebé era tan vergonzoso.
—¿Tu prueba de educación física es hoy? —pregunté, besando suavemente su mandíbula. El gemido lastimoso que escapó de sus labios fue mi respuesta. Sonreí—. Lo harás bien.
—No, soy un asco en deportes y ambos lo sabemos —gruñó, dejando caer su frente en mi hombro.
—La fuerza está contigo, mi pequeño saltamontes. —bromee.
Se alejó, rodando los ojos antes de suspirar—. ¿Me acompañaras?
—Estaré allí en todo momento, tal vez hasta podamos hacer un poco de trampa.
—En otras ocasiones diría que no pero estoy desesperado. —frunció la nariz de forma adorable.
—Señor Kim, Señor Jeon, si han terminado con los arrumacos, me gustaría comenzar mi clase —la profesora interrumpió.
Le dediqué una mala mirada y ella me la devolvió. Así que con mala cara, bajé a mi nerd de la mesa y me senté en mi lugar, aun haciendo pucheros.
—Oh, por favor, tienen todo el día para hacerse cariñitos, quite esa cara de perro apaleado, Señor Jeon —la profesora rodó los ojos en mi dirección antes de voltearse para comenzar con su clase.
Eso no logró que cambiara mi expresión. Eso fue hasta que uno de los cuadernos de Jin se deslizó hacia mi y leí lo que decía en la parte superior. Sonreí.
"Si quitas esa cara, prometo ayudarte con tu fantasía en los vestuarios del gimnasio. J".
Esas palabras rebotaron en mi mente como una señal de alarma cuando Jin no apareció para su prueba de gimnasia.
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Socialmente Torpe [KookJin]
FanfictionSeokJin siempre había pasado desapercibido donde quiera que iba, por eso fue una sorpresa cuando Jeon Jungkook se presentó ante él adoptándolo como su nuevo mejor amigo. ¿O quizás algo más?... Adaptación. Todos los derechos a @BadBuddy_1997 quien...