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JUNGKOOK.

Desperté con una sonrisa tonta adornando mi rostro al sentir el calor del cuerpo de Jin entre mis brazos, acurrucado contra mi pecho. Había sido una maldita tortura convencerlo de compartir la cama conmigo ya que estaba decidido a dormir en el sofá y alejarse de mis "inquietas" manos. Estuve a muy poco de saltar sobre la punta de mis pies y soltar chillidos como una colegiala enamorada, cuando finalmente aceptó dormir en el mismo espacio que yo. Más aún cuando, a mitad de la noche, se rodó hacia mi, acurrucandose contra mi pecho en busca de calor.

Inclinándome con suavidad sobre él, roce mis labios por su piel, dejando pequeños besos en su mejilla, nariz, párpados, frente y todos los lugares que logré alcanzar. Tuve que reprimir una risita cuando sonrió en su sueño y frunció sus hermosos labios en busca de un beso. Sin poder detenerme, deje un casto beso en ellos, sólo una presión suave que lo hizo fruncir el ceño antes de suspirar y acurrucarse más cerca. Sabía que tenía que levantarme y hacer algo productivo por mi vida pero me era difícil hacerlo cuando Jin estaba tan malditamente cariñoso en su sueño.

-Jinnie -susurré suavemente en su oído-. Hey, cariño, es hora de despertar.

Se quejó, frunció el ceño y se pegó más a mi cuerpo, todo eso sin abrir los ojos.

Me incliné y besé su cuello con suavidad-. Vamos, nene, abre los ojos para mi, es tarde.

Un movimiento de su pierna tuvo a su erección matutina golpeando mi muslo. Eso pareció ser el botón que logró arrancarlo de su inconsciencia porque sus ojos se abrieron de par en par y su rostro se coloreó tan rápido que creí imposible que quedara sangre para otra cosa en su cuerpo, aunque la dureza apretándose contra mí contaba una historia diferente.

-¿Qué sucede, Jinnie?

-Nada -miró lejos de mí, intentando apartarse de mi abrazo-. ¿Me dejas ir?

Fingí pensarlo, apretando mis brazos a su alrededor-. No, estoy bastante a gusto en esta posición, ¿tú no?

Parpadeo hacia mi, el rojo de sus mejillas se volvía cada vez más brillante-. Dejame, por favor, Kookie.

-¿Qué pasa?

Sacudió la cabeza-. Nada, solo quiero que me dejes ir al baño.

Estreché los ojos en su rostro, intentando descifrar lo que su expresión significaba. No logró mantener la mirada en mí durante mucho tiempo mientras intentaba alejarse nuevamente. La luz en mi mente se encendió al instante.

-¿Estás avergonzado de tu erección? -pregunté, confundido.

-Dejame ir -rogó con voz lastimera, redoblando sus esfuerzos-. Por favor, déjame.

-Jin, mirame -pedí, deteniendo sus movimientos con un poco de dificultad-. Está bien, cariño, es normal, no debes avergonzarte de ello, no...

Antes de que pudiese terminar, se zafó de mi agarre, bajó de la cama y se metió en el baño, cerrando la puerta detrás de él. Maldije, preguntándome cómo rayos habíamos pasado de estar acurrucados, juntos y cálidos en la cama, a Jin corriendo hacia el baño y encerrándose en él.

Poniendome de pie, me acerque a la puerta y golpeé mi mano sobre la madera-. Jin, abre la puerta.

-Dame un minuto -rogó.

Golpee nuevamente-. ¡Abre!

-¡Espera! -su voz fue seguida del sonido del agua de la ducha corriendo.

Recordando como lo había encontrado congelándose en la ducha hacía un tiempo, no dude en golpear la puerta con mi hombro para poder abrirla. Jin estaba bajo la ducha, el agua caía sobre su rostro y humedecía la ropa que le había prestado para dormir, haciendola lucir aún más grande en su menudo cuerpo. Sus dientes castañeaban y supe exactamente lo que estaba haciendo.

-Dios, bebé, ¿qué rayos haces? -me apresuré hacia él, cerrando el agua y envolviendolo en una suave toalla, acercandolo hacia mi cuerpo-. Habla conmigo, Jin, dime lo que está pasando por tu cabeza para hacer algo como esto.

Se mordisqueó el labio, apoyando su cabeza en mi pecho-. Es vergonzoso.

-A mi me pareció bastante excitante si me preguntas. -aseguré.

Subió la mirada, un pequeño puchero en sus labios-. Tú no cuentas, tus niveles de testosterona están por los cielos, tú siempre estás excitado.

-Lo estoy cuando estoy contigo -confesé-. Eres demasiado sexy para las palabras, no puedes culparme.

-Ya deja de burlarte.

-Jamás me burlaría de ti. -besé su mejilla, pasando mis dedos por la suave piel de su cuello-. Eres hermoso y es mi deber demostrártelo. -afirmé-. Pero antes, quiero que me digas porque estabas tan avergonzado. Y no, no me digas que es una reacción normal porque no lo es. Tengo la impresión de que algo sucedió que no me has dicho.

Me miró un tanto alarmado-. Nada sucedió. Solo tiendo a avergonzarme cuando éste tipo de cosas suceden.

-¿Realmente esperas que me crea eso?

-Nada sucedió -soltó un suspiro cansado, bajando la mirada hacia las placas en mi pecho y jugueteando con ellas entre sus dedos-. La primera... Es tonto, no quieres escucharlo, Jungkook.

-Si quiero, cuéntamelo -presione.

-La primera vez que esto sucedió, no sabía lo que pasaba conmigo, nadie me lo había explicado -dijo con suavidad-. Tampoco sabía a quién recurrir, estaba asustado, así que fui con HaeJun.

-Oh mierda -susurré-. Tengo la impresión de que no quiero terminar de oír esto.

-No pasó nada -repitió-. Él solo dijo que yo era tonto por no saber lo que sucedia y me arrojo fuera de su habitación, agregó las palabras fenomeno e idiota en algunas de sus frases. En fin, creo que por un momento, solo tuve un pequeño flashback y me asuste, lo siento.

-Entiendo.

-Aún así, es vergonzoso. -musitó.

Sonreí-. ¿Sabes? Creo que debo enseñarte algunas cosas más, luego de mis lecciones, no volverás a pensar en esto como algo vergonzoso, te lo aseguro.

-Estás pensando en el coito, ¿verdad?-preguntó con curiosidad.

Ignoré su pregunta pero la sonrisa seguía presente-. ¿Por qué no te das un baño con agua tibia mientras voy en busca de algo de ropa? Creo que puedo encontrar algo que me quede pequeño y pueda quedarte a ti.

La duda estaba escrita en todo su rostro, seguramente extrañado por el cambio de tema pero no importaba porque por una vez, no discutió. Él solo asintió y me hizo un gesto hacia la puerta, diciéndome sin palabras que podía marcharme ya o nada de ropa caería y la ducha no sucedería.

Saliendo del baño, cerré la puerta y dejé escapar mi ira contra uno de los sofás cercanos. No podia creer que el bastardo habia hecho eso con Jin, joder, seguramente había sido solo un niño asustado, no merecía ser tratado así. Sus padres también estaban perdiendo parte de mi simpatía, ¿en qué rayos estaban pensando al no explicarle algo tan común como una erección matutina? No debería extrañarme, ellos dejaban que el imbécil de HaeJun maltratara a Jin bajo su techo, por lo que no debía ser para nada sorpresivo.

Pero esto no se quedaría así, no había una manera para que dejara pasar algo como eso. Sacando el teléfono de mi bolsillo, marqué el número de Namjoon y me lo llevé al oído. Él era el único loco que estaba dispuesto a ayudarme, lo sabía. HaeJun iba a pagar por lastimar a mi pequeño nerd.

Socialmente Torpe [KookJin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora