Hiccup es un brujo mitad mortal que vive en la aburrida Isla de Berk, la cual es tan pequeña e irrelevante que algunos olvidan dibujarla en los mapas. Junto con Toothless, su gato mitad dragón mitad demonio que le hace la vida imposible, trata de so...
Resumen: ¡Los ángeles están atacando la Academia de Brujos! ¡Oh no! Ellos no solo están buscando a alguien, sino que también buscan evangelizar a los brujos dentro de la Academia y "limpiar" Berk. Sin embargo, Hiccup y sus amigos tratarán de evitar que esto pase.
De cómo Hiccup se enfrenta a los ángeles para tratar de salvar la Academia y de paso, obtener más respuestas. Ah, y como Ruffnut se entera de que Hiccup es un brujo.
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Tuffnut manejó hasta la casa Haddock a toda velocidad, Ruffnut no paraba de hacer preguntas a pesar de que todos, menos Maeve, la ignoraban. Maeve, en su preocupación trataba de contestar lo mejor que podía, pero a veces, las preguntas de la gemela eran demasiado hostigosas, especificas, o necesitaban de una explicación para la que la pelirroja no tenía cabeza ahora.
— Pero, ¿por qué vamos a tu casa?— preguntó Ruffnut, dirigiéndose a Hiccup, que se encontraba en el asiento delantero. Toothless trepó por su regazo, para responderle a Ruffnut.
— Para volver a la dimensión mágica.
— ¡¿EL GATO ACABA DE HABLAR?!
— Sí.— respondieron todos al unísono.
Gobber iba a ayudarlos. Tenía que hacerlo. Debía haber un protocolo para esto.
Tuffnut se estacionó frente a la casa, ni bien se detuvo el vehículo, Hiccup salió disparado del auto, con Toothless a su lado, los demás salieron de la misma manera, corriendo en dirección a la entrada. El castaño llegó a la puerta y viéndose sin llaves, tocó la puerta.
— Casa, soy yo, Hiccup, ¡ábreme!— le pidió a la puerta.— ¡Rápido, es una emergencia!— la apresuró, se escuchó como se destrababa el pestillo y la puerta se abrió de golpe, con un sonoro chillido. Hiccup irrumpió en la casa, que ahora se veía como una fragua antigua, con un horno y armas vikingas. Gobber debió retomar su oficio de herrero en el tiempo en el que estaba solo. No le dió importancia y lo llamó.— ¡Gobber! ¡Gobber!— recorrió la fragua, gritando su nombre. Los demás también entraron, analizando la casa, tomando nota de la rustica madera, Ruffnut saltando de sorpresa y haciendo mas preguntas al aire.
— Parece que no está aquí.— observó Toothless, preocupado.— Debieron llamarlo antes, tal vez ya está en la Academia.— Hiccup salió de la cocina. No había notas, evidentemente, no había nadie a quien avisar que había salido, después de todo.— O está esperando el tren.
— ¡No tenemos tiempo que perder!— intervino Maeve.— Cuando acaben con la Academia irán tras los demás.
Hiccup miró al suelo, y luego hacia el frente.— Entonces los haremos volver por donde vinieron.— decidió al fin, caminando en dirección a una puerta en el fondo de la habitación. Parecía un clóset.
— ¿Un clóset?
— Es una entrada.— corrigió Toothless a Ruffnut, quien volvió a saltar asustada, todavía sin acostumbrarse al escalofriante gato parlanchín de Hiccup.
