"¿de verdad te irías conmigo? "

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Desperté en un hospital, no sabía ni por qué estaba ahí. Lo único que recuerdo es que habia muchas personas rodeandome intentando que reaccionara.

- despertaste. - apareció el Erick al lado de la camilla.

- que haces aquí. - lo mire con  desprecio.

- me dijieron que te habías desmayado y me preocupe así que vine.

- ¿desde cuando te preocupas tu por mi?. - pregunté con un tono sarcástico. - o acaso te olvidaste de que me terminaste por que se te dio la gana.

- es que hay una explicación. - dijo con la cabeza baja.

- si claro. ¿Por qué mejor no te vas con tu pololita? Digo por qué te debe estar esperando.

- ella no es mi polola. - murmuró.

- ¿entonces?.

- es que ese día. - lo interrumpi.

- mejor hablemos después. - mire hacia la ventana que estaba en la habitación.

- ¿vas a venir al departamento?. - pregunto.

- no creo. - dije sin mirarlo.

- quiero que vayas. — tomó mi mano. - pero te juro que yo no tengo otra polola. Encerio. Yo sigo enamorado de ti. - dijo botando un par de lágrimas.

- entonces por qué me terminaste si tanto que estas enamorado de mí.

- fue una wea mía. — agachó la cabeza.

— osea por qué se te dio la gana.

— me tengo que ir a Italia. — suspiró.

- ¿de verdad?. - pregunté.

-si, tengo que ir a jugar allá. — hizo una pausa. — Cuando recibí esa llamada, me puse mal por que no quiero separarme de ti.

- pero lo ubieramos intentado. No era necesario terminar.

- pero es que no puedo. No puedo estar lejos de ti Ignacia. Eres la única que está conmigo. Eres la única que me motiva a seguir adelante. Eres la única que me comprende. No sé que es, pero tienes como un don mágico que siempre que me siento mal, tu estas ahí para apoyarme. - dijo llorando.

- pero por que no me lo dijiste. Ubieramos hecho algo para que funcionará.

- ¿y como?.

- no lo sé. Tal vez yo pueda ir para allá un para de días y así.

- es que no es lo mismo. — seco sus lágrimas con la manga de su poleron. - ¿tu te vendrías conmigo a Italia?. —Me pregunto.

- no lo sé, es que acá tengo que terminar mis estudios tengo que dar la prueba y todo eso.

- pero lo puedes hacer allá, osea, imaginate graduarte en Italia.

- es que no lo sé. Tampoco se el idioma.

- yo te enseñó po' nachita.

- tendría que pensarlo. Mejor en la casa me cuentas todo mejor.

- entonces, si vienes al departamento. - sonrió.

- si. - suspiré.

En la habitación invadió el silencio al parecer ninguno de los dos sabía de que hablar. Pará mí no era un silencio incómodo no se si para el.

- hola, quería informarles que la señorita Ignacia ya esta de alta así si quiere pueden retirarse ahora. - dijo la enfermera.

- ya gracias. - dijo el Erick.

Tuve que firmar unos papeles y me dieron unos remedios que tenía que tomarlos por una semana.

- ¿podemos pasar a buscar mis cosas?. - pregunté cuando ya estábamos dentro del auto.

- si obvio. ¿Dónde es?.

- en el hotel panamericana.

- okey.

Pasamos a buscar mis cosas y nos fuimos al departamento.

Todavía no lo perdono, lo de como me trató tal vez lo perdone, igual lo entiendo un poco. Pero que se beso con otra eso no se si lo voy a perdonar tan fácil.

- llegamos. - dijo al estacionar el auto.

Tomé mi maleta pero el me detuvo.

- no, yo la llevo, no quiero que hagas tanta fuerza.

- gracias. - sonrei levemente.

- quiero que me cuentes todo. -dije cuando ya estábamos dentro del departamento.

- bueno, ven siéntate. ¿Por donde empiezo?.

- desde el principio no mas. - dije sentandome frente a él.

- bueno ese día que estábamos tomando once me llegó una llamada del equipo con el que juego allá en Italia. Y no se me puse mal, ya sabia que me iban a decir. Y me dijieron que si faltaba me iban a echar del equipo. Es que, no me quiero ir de acá.

- pero ¿por que no me contaste?. - Pregunté yo.

- por qué creí que me ibas a dejar por qué yo me iba. - agachó la cabeza.

- eso nunca. Nunca te dejaría por una cosa así.

- entonces de ahí cuando salí fui donde mi mamá pa' contarle y me dijo que tu me ibas a entender que no podrías dejarme por una cosa así. Y ahí me encerré en mi pieza por que necesitaba pensar. Y ahí me quedé dormido. - hizo una pausa. - y ahí el día en que terminamos. No se tenía la cabeza en otro lao' y como que no pensé bien. Y te dije todo eso.

- ¿y que paso con esa chica?. - pregunté.

- bueno al día siguiente de eso, fui a un bar pa' ver si me podía distraer un poco. Ya que desde que terminamos me empeze a sentir mal como sin ánimos de nada, no se, me sentía solo. Creí que podria estar bien sin ti pero al parecer no. Bueno entonces ahí me puse a tomar de mas y me cure y ella se aprovecho de eso y me beso. Pero te juro que yo no quería de verdad.

- ¿solo fue un beso?.

- si te lo juro que no paso nada mas de verdad. — tomó mi mano.

- tranquilo si te creo.

- perdoname por favor, te juro que voy a cambiar esa actitud pero por favor perdoname eres lo mas importante que tengo. - se arrodilló frente a mi y me suplico para que lo perdonará.

- se que la cague y que me porte como un saco wea. Te prometo que nunca más te haré sufrir, te lo juro por mi vida. - el lloraba desconsoladamente en mis piernas. No lo negare, me rompía el corazón verlo así.

- no lo sé Erick. Yo sufrí mucho, no quiero que vuelvas a hacerme lo mismo. - limpie sus lágrimas con mi dedo índice.

- te lo juro que nunca más te haré volver a sufrir.

- mhh, bueno te perdono pero esta es la última.

- gracias mi nachita. Te quiero mucho. No se que haría sin ti. Eres lo mejor que a pasado en la vida, no sé cómo podría estar sin ti. - beso mis labios tiernamente.

- yo también te quiero mucho y espero que cumplas tu promesa.

- oye, otra cosa que te queria preguntar. - se seco las lágrimas. - ¿de verdad te vendrías conmigo a Italia?

- no lo sé Erick. Es aquí tengo todo.

- pero piensa en lo felices que podríamos ser. - acarició mi cara dulcemente.

- ¿y cuándo se supone que nos tendriamos que ir?.

- en dos semanas. Osea el 27 de febrero.

- bueno deja pensarlo. Aun que no te aseguro nada.
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2 capítulos por que se lo merecen.

"FANTASÍA" [ERICK PULGAR] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora