NARRA JAX
No podía poner la mano en el fuego a que Olivia había tenido un sueño bastante interesante conmigo, pero...
Mierda, solo la escuchaba decir mi nombre de esa forma cuando estábamos juntos.
Aproveché para ponerme unos pantalones de chandal holgados mientras ella terminaba en el baño. Quizás Olivia no se hubiese dado cuenta, pero podría decirse que tenía un notable bulto apretando, y no sabía cuánto tardaría en bajarse.
Comencé a sacar ingredientes para preparar un buen revuelto de huevos con queso, cuando ella finalmente apareció. Llevaba el pelo atado en una coleta alta, con muchos mechones despeinados porque todavía no se había peinado, y el mismo pijama amplio de la noche anterior.
—¿Me grabarías un vídeo preparando el desayuno? —Le pregunté antes de que pudiera decir nada.
Sabía que estaba avergonzada de su despertar, aunque no entendía muy bien por qué. Conmigo no tenía por qué avergonzarse de nada.
Olivia se quedó parada con una mano en la puerta del baño y los labios entreabiertos, hasta que finalmente asintió y avanzó hacia mí. Le pasé mi teléfono desbloqueado y comenzó a grabarme.
Preparé el café con nuestra pequeña cafetera italiana, y expliqué cada paso al montar el plato con los huevos revueltos, un par de tostadas integrales y el toque verde del perejil por encima. Me hubiese encantado añadir salsa picante por encima, pero no tenía en aquella pequeña caravana.
—¡Y listo para desayunar! —Exclamé, con el plato en las manos apuntando a la cámara—. ¿Verdad que sí, piojosa?
Miré por encima del teléfono hacia ella y guiñé un ojo. Olivia se rió, y aquel sonido fue perfecto para alegrar una mañana.
—Por supuesto —murmuró.
Dejé el plato en nuestra pequeña cocina, justo al lado del café, delante de la ventana. Ella me devolvió el móvil y aproveché para sacar unas cuantas fotos. Después nos sentamos juntos a llenar nuestros estómagos y aproveché para subir el pequeño clip que me acababa de sacar.
—¿Puedes creer que ya he pasado los ciento veinte mil seguidores? —Comenté, dando a "publicar"—. Es increíble lo rápido que crece esto, parece mentira.
Ella bajó la taza de sus labios y me sonrió con picardía.
—¿Y no crees que tendrá algo que ver contigo saliendo siempre sin camiseta, en fotos y vídeos?
Alcé las cejas y me incliné sobre ella y el plato ya vacío de desayuno.
—¿Celosa, piojosa?
Ojalá.
—Más quisieras —replicó.
No sabes tú cuánto.
—Por cierto —continuó, posando la taza de café ya terminada—. ¿No habíamos quedado hoy en ver de nuevo a Pierre y Chloe?
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Una Perfecta Despedida ©
Ficção Adolescente· Última parte de "Una Perfecta Equivocación" · · Contiene escenas +18 · Todo empezó cuando Olivia manda por error un mensaje al chat grupal donde está toda su clase, diciendo con qué chico se casaría, a quien besaría y a quién mataría. Éste último...