NARRA OLIVIA
—Creo que me voy a desmayar.
—Si te desmayas te perderás todo el concierto, piensa eso.
Lancé a Jax una mirada enfadada, pero él solo se rió. Estábamos a punto de pasar a la sala, y yo ya tenía puesta mi nueva chaqueta con el nombre de Taylor Swift impreso en letras enormes y brillantes. Al final no compré más, porque era increíblemente caro.
Solo nos quedaba encontrar nuestros asientos y disfrutar del concierto.
—Me siento un poco fuera de lugar —comentó Jax cuando una niña comenzó a gritar de la nada.
—Piensa que al menos te sabes todas las canciones.
—Me sé más letras de las que me gustaría en realidad —asintió.
No dude en darle un codazo.
—No digas eso muy alto, que pueden oírte, y no serán tan comprensivas como yo.
Se rió, y continuamos avanzando al interior de la sala. Nuestras entradas no eran de las mejores, pero tenía una buena vista del escenario. Cuando tomé asiento sentía el corazón latiendo a mil por hora de la emoción. Era probable que se me saliese del pecho y volase hasta el escenario, junto a Taylor.
Y no, amigos. No haría nada para conseguirlo de vuelta.
Mientras todos iban tomando asiento expectantes, saqué el teléfono móvil. Grabé unos cuantas fotos y vídeos para mandárselas a mis amigas y a mi tía, y también en las redes, porque... ¡ya llegaba el momento!
De pronto las luces bajaron sobre el público, dejándonos a oscuras, y un foco blanquecino iluminó el escenario. Se escuchó, aunque nadie aparecía, y algunas personas gritaron.
De acuerdo, yo grité.
Sentí que Jax me tomaba de la mano y, justo cuando sus dedos se entrelazaban en los míos, escuchamos la voz de Taylor entonando la primera frase de "Me".
Mi grito se escuchó por todo el recinto, perdiéndose en medio de otros cuantos más. Salté del asiento llevándome a Jax conmigo porque no solté su mano, y comencé a cantar todas y cada una de las letras de las canciones.
Sé que Jax nunca no lo admitiría, pero él también cantó en algún momento del concierto.
Solo por si acaso, una vez estuve más tranquila, decidí documentarlo con unos cuantos vídeos para redes y su padre. Y de paso para Angelo y Chiara. Fue especialmente divertido el momento en el que Jax, en lugar de avergonzarse, miró a la cámara y gesticuló con una mano en el corazón y otra hacia mí bajo:
"So, why can't you see?
You belong with me"
Uff, sí a todo.
En el mismo momento en que lo grababa, supe que atesoraría ese vídeo para siempre. En especial después de que me guiñara un ojo.
El concierto duró mucho menos de lo que me hubiese gustado, incluso si Taylor hizo el amago de irse dos veces, pero regresó con un par de canciones extra.
Estuve más tiempo de pies saltando y gritando que sentada, pero cuando llegó el momento de irnos no me sentía nada cansada. De acuerdo, me dolían los pies, pero mi mente iba a mil. Mientras salíamos junto con las demás personas a la calle, agarraba a Jax del brazo y me movía de un lado a otro, tirando de él y sin dejar de hablar. Lo cual era un milagro, porque estaba un poco afónica.
No me arrepentía de nada.
—... y en la vida lo olvidaré. Ha sido increíble, de verdad. Jo, creo que tengo que ahorrar para poder ir a más conciertos. ¿Crees que dará alguno cerca de casa en su próxima gira? ¡Ay, madre! ¡Su próxima gira! ¿Te imaginas las nuevas canciones? ¿O las antiguas pero cantadas por ella ahora? Uff, me muero. ¡Qué ganas de volver! ¿Tú volverías conmigo? Igual podría conseguir una taza y un póster para la habitación. ¿Y qué me dices del momento en el que salieron los fuegos? ¡Pensé que se quemaba! Ha sido tan alucinante que...
—Olivia, por favor —me interrumpió Jax—. Cállate.
Tiró de mí a un lado de la acera cuando por fin salimos fuera. Estaba lloviendo de nuevo y era de noche, pero no me importaba mojarme un poco. ¡Había sido todo tan fantástico! Sentía que nunca en la vida podría estar triste de nuevo. Y a la vez, que jamás sería igual de feliz que cinco minutos atrás. ¿Por qué tuvo que terminarse el concierto?
Oh, mierda.
Ya no vería a Taylor de nuevo hasta...
—Oye, que no iba a malas —escuché que me decía Jax, acercándome a él—. Puedes hablar lo que quieras de Taylor, pero no llores.
Lo miré con las lágrimas en los ojos. Sentía una explosión de sentimientos en mi interior.
—Es que se acabó el concierto... —gemí.
Y, contra todo pronóstico, Jax se echó a reír.
Pasó el brazo alrededor de mis hombros, acercándome a él y refugiándonos de la lluvia bajo la pared del teatro. Todavía continuaba habiendo gente, aunque la mayoría se alejaba del lugar a causa de la lluvia.
—Tengo una idea. ¿Qué te parece si disfrutamos un poco de la noche parisina? Así quizás te animes un poco.
Miré la calle, cubierta de una fina capa de agua salpicada, y luego a él.
—Pero está lloviendo.
—¿Noche parisina tomando algo?
Valoré su oferta unos segundos. Eso sonaba bien. Y aunque sabía que regresar a la caravana nos llevaría casi una hora, lo cierto es que no tenía nada de ganas de irme en aquel momento. Seguía con las emociones a flor de piel.
Sequé las tontas lágrimas que habían caído por mis mejillas, llevándose mi fabuloso maquillaje de Taylor, y asentí hacia él.
—En realidad tengo un poco de hambre. No me vendría mal una copita de vino con algo de queso para recuperarme de esta tristeza.
Jax volvió a reírse, pero me acercó más a él y murmuró:
—Todo lo que desees, piojosa.
Y ahora... ¿qué? :)
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Una Perfecta Despedida ©
Ficção Adolescente· Última parte de "Una Perfecta Equivocación" · · Contiene escenas +18 · Todo empezó cuando Olivia manda por error un mensaje al chat grupal donde está toda su clase, diciendo con qué chico se casaría, a quien besaría y a quién mataría. Éste último...