Capítulo 21.

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El día que contamos la verdad me sentí débil, desprotegido, hasta que vi tus ojos castaños

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El día que contamos la verdad me sentí débil, desprotegido, hasta que vi tus ojos castaños. Ahí me sentí seguro y en casa.

—Chris.

Emine Murphy.

El pequeño apartamento estaba siendo ocupado por cuatro cantantes de talla mundial, un agente de relaciones públicas y una artista. Claro, estábamos Faith y yo, las estudiantes del grupo, aunque eso no viene al caso. De las pocas veces que había chocado con Four Chips—Y los clips de los conciertos que vi en Youtube—, era la primera vez que veía a los chicos con caras tan largas, usualmente todos ellos portaban sonrisas brillantes—sin incluir a Chris—, y esta vez... simplemente no estaban.

¿Faith? Faith temblaba, se notaba aun cuando Chris sujetaba una de sus manos, su labio inferior también lo hacía. Su mirada estaba perdida a mil kilómetros de distancia, me dolía verla en tal estado. Eran pocas las veces que veía a Faith ser feliz.

¿Chris? Sin expresión, como siempre, pero estaba empezando a conocer al chico un poco mejor y sus ojos revelaron mucho. Cada tanto me miraba buscando un poco de confort, lo que él no sabía es que yo buscaba lo mismo en los suyos.

—Bien, estamos todos—Es Frankie quien rompe el silencio—. Estoy un poco sorprendido por esta reunión.

El silencio vuelve a la carga, nadie dice nada y puedo darme cuenta como Frankie está perdiendo la cabeza. Él quiere saber todo a como dé lugar y conozco el porqué: a él le importa muchísimo Faith.

—Yo estoy un poco más sorprendida—Todos giran sus cabezas hacia la tercera chica de la sala—. No sé qué hago aquí.

—Mark te ama—masculla Faith mirándolos con anhelo—, así que eres parte de Four Chips y yo necesito hablar con todos los miembros de Four Chips.

—Gracias Faith, de igual manera, si no te sientes cómoda con mi presencia puedo...

—Te quiero aquí, Vane.

No conocía a Vanessa, no era el momento de las presentaciones. Solo la saludé con un hola y le dije mi nombre, ella solo sonrió y tomó la mano que le extendí. Lo que sí era claro es que Mark estaba locamente enamorado de aquella chica.

—¿Quieres empezar?

—No sé cómo hacerlo, ¿por qué no inicias tú?—Chris se remueve en el sofá y asiente, su mano fija en la de su hermana.

—Bien, les hablaré sobre nuestros padres primero y mi relación con ellos. Sylvana es el nombre de mi madre, Alan el de mi padre. Me tuvieron por accidente, nunca fui el niño deseado. Ellos solo salían esporádicamente, no eran novios, eran solo su seguro de compañía en la universidad. Mi padre desde ese entonces estaba jodido y terminó jodiendo el cerebro de mi madre, que de por sí no era muy cuerdo que digamos.

CHRIS | Four Chips #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora