SPECTRE 08 [Din Djarin x OC]

007

"Equipo"

Lo primero que Adhara había sentido fue un intenso mareo. Sentía como toda la sangre se le subía a la cabeza, provocando una insoportable presión en su nariz y oídos. Cuando abrió los ojos entendió el por qué.

Estaba atada contra uno de los postes del hangar de Peli, de cabeza. Sus pies descalzos estaban rodeados por los tobillos con unas fuertes sogas y sus manos sufrían el mismo problema, atadas por las muñecas. Aparte de eso, otra soga rodeaba todo su abdomen, manteniendo sus brazos pegados a este y su espalda pegada a la columna.

Era extraña la forma en que esta posición la hacía sentir. Expuesta como jamás en su vida, a merced de quien sea que la hubiera amarrado.

Y hablando de ello, allí se encontraban.

Su hermana le había hablado de los trandoshan y su naturaleza cazadora, como se movían en manadas y encerraban a sus presas justo en el medio, sin posibilidad de que éstas escaparan.

Por eso había tantos de estos seres reptilianos en el sindicato de cazarecompensas, eran excelentes cuando de cazar se trataba.

Y al ver al pequeño niño sentado sobre la mesa de trabajo de Peli, en medio de dos trandoshan y con sus pequeñas muñecas atadas, Adhara entendió a la perfección que se trataba de un trabajo.

La chica buscó con la vista Peli y la encontró en la misma posición que ella pero aún inconsciente, en otro de los postes de concreto.

Tuvo que cerrar unos momentos los ojos debido al mareo que sintió al voltear tan deprisa, su boca se abrió ante la presión de la sangre bombeando directamente en su cabeza. ¿Hace cuánto que estaba colgada? Las tres lunas de Tatooine aún seguían en el oscuro cielo y no había señales de que el mandaloriano...

Adhara dio un respingo, el mandaloriano aún no había regresado.

¿Era por eso que los trandoshan no se habían ido aún?

–Espero que tengan un mejor plan que quedarse allí parados esperando por él –habló la chica.

Ambos trandoshan voltearon a ella, mirándola con aquellos ojos verdes con largas pupilas negras.

Adhara logró percibir movimiento por el rabillo del ojo y volteó hacia allí, asustada de la proximidad de lo que sea que se movió a su derecha. Una risa macabra logró que toda su piel se erizara. Desde su posición vio hacia arriba al alien.

El trandoshan de seguro era el líder del grupo. A diferencia de la piel terracota de los dos que rodeaban al niño, este tenía la piel escamosa de color verde. Los ojos del reptil humanoide, de color rojo y con pupilas negras y horizontales, se fijaron en Adhara.

La chica sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo de pies a cabeza.

Jamás tan expuesta, jamás tan a la merced de alguien.