010

230 24 0
                                    

"Tris"

El niño, acurrucado en una cuna de metal que estaba situada en un rincón de la habitación, dormía pacíficamente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El niño, acurrucado en una cuna de metal que estaba situada en un rincón de la habitación, dormía pacíficamente.

Tenía una de sus garritas cerrada en un puño mientras que suspiraba entre sueños, rehusandose a despertarse por más ruido que oyera.

Mando lo miraba desde donde se colocaba su capa, la única prenda de ropa que se había quitado la noche anterior. El hombre detestaba dormir en lugares desconocidos, no importaba que tan cómodos fueran. Prefería dormir en su nave, dónde conocía todos los chirridos que el metal provocaba.

Aunque últimamente, no todos los ruidos eran conocidos.

La rebelde era silenciosa. No emitía sonido alguno más que el de sus pasos, los cuales eran casi siempre amortiguados por el nido de sábanas que había creado en un rincón de la nave.

Mando conocía la comodidad, pero años y años de usar su armadura le demostraron que era algo con lo que podría prescindir. El beskar a su alrededor lo abrazaba, pero este era hostil con el exterior. Muy pocas veces podía encontrar alguna manera de que la comodidad sea una prioridad en su vida.

El único que no parecía importarle que tan fría o dura fuera su armadura, era el niño. Contento, el pequeño se abrazaba contra el beskar y descansaba mejor que cuando no tenía al mandaloriano arrullandolo. Era una dinámica en la que habían trabajado por meses, desde las primeras rotaciones en que lo encontró.

Pero últimamente, el niño optaba por la suavidad de las sábanas y frazadas que Adhara había traído a bordo. La chica se las ingenió para poder convencer que una almohada podía ser mil veces más cómoda que los brazos de su protector, los cuales últimamente el pequeño rechazaba.

Por un lado, Mando estaba aliviado. A veces el cansancio era tal, que temía poder lastimar al niño de alguna manera mientras ambos dormían. El hombre conocía historias de niños siendo aplastados por sus propios padres, y eso lo llenaba de angustia cada vez que el niño se acurrucaba a su lado. El beskar a veces era una desventaja para él también.

De todas formas, sentía una herida por el comportamiento del niño: la deslealtad nunca fue algo que Mando apreciara.

Pero, Adhara no le había dado ni siquiera una razón para desconfiar de ella.

Aunque eso no significaba que confiarle la vida del niño era fácil.

Y eso era lo que estaban haciendo al quedarse en un lugar donde ella sólo tenía un aliado.

Un aliado que ni siquiera estaba presente.

Si algo le había enseñado la rotación anterior, era que no conocía a la nueva integrante de su tripulación en absoluto. Escuchaba historias de múltiples hermanos, de tiempos de guerra, de rebeldía que la rodeaban y aún así no sabía nada de ella en lo absoluto.

SPECTRE 08 [Din Djarin x OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora