Capítulo 27: Okinawa

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DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar. Sólo publico en Fanfiction y Wattpad, si encuentran mis historias en otros lugares y con otros personajes que no sean de Inuyasha entonces es PLAGIO.

Capítulo 27: "Okinawa".

Se acurrucó entre sus brazos buscando su calor en la penumbra de la habitación, pasando una mano por sobre su pecho con algo de lentitud con movimientos ascendentes y descendentes mientras su mente trataba de imaginar irremediablemente en las razones que tuvo aquella detestable mujer para hacer todo lo que hizo.

-    Sólo venganza... - Murmuró, mirando casi de manera absorta a Inuyasha. Pero... de acuerdo con Houyo aquella mujer también deseaba acabar con su vida. Kagome torció la boca, en verdad ella estaba muy loca. Pasó sus piernas desnudas entre las de él acurrucándose más hasta su cuerpo varonil. Inuyasha dormía tranquilamente pero al sentir el tacto de ella movió los labios en una sonrisa y entreabrió lentamente su doradas orbes escudriñando en un principio la habitación hasta mover lentamente la cabeza y encontrarse con los brillosos ojos de Kagome que lo miraba con detenimiento, en ese instante su sonrisa se amplió aún más y con un ademán la acercó más hasta él, quedando la chica sobre su pecho, sonriendo de buena gana.

-    ¿Aún despierta Kagome? – Preguntó en un susurro y apenas audible. Ella acomodó la cabeza en su pecho mientras enredaba distraídamente sus dedos en el cabello del hombre.

-    Siiii... no puedo dormir...

El se incorporó un poco arrugando el ceño mientras la sujetaba con una mano tras la espalda desnuda para que no cayera y con la otra se afirmaba en el colchón. Kagome lo miró expectante casi sin entender, su rostro estaba demasiado serio.

-    ¿Aún tienes problemas para dormir?- Preguntó sorprendido clavando las pupilas en las de ella que pestañeó confundida, luego intentó desviar sus ojos a un lado, como restándole importancia.

-    Ya me he acostumbrado...

-    Kagome...

La chica volvió a recostar la cabeza en su pecho.

-    No te preocupes, pasará...

El silencio reinó unos instantes en la habitación en el cual el único sonido audible era el suave soplido del viento y de sus propias respiraciones, Kagome hasta podía escuchar los latidos del corazón del abogado, que de pronto se hicieron más acelerados, lo que hizo levantar la cabeza y mirarlo preocupada, él parecía absorto en sus pensamientos.

-    ¿En qué piensas, Inuyasha?

El hombre bajó el rostro hasta ella, estaba muy serio y tensó la mandíbula antes de hablar.

-    Voy a renunciar.

Kagome arrugó el ceño sin comprender bien de qué estaba hablando.

-    ¿Qué dices?. ¿De qué hablas?

Él la miró a los ojos de una manera que a Kagome le resultaba hasta extraña, el latido del corazón del hombre se hizo más fuerte, ella podía notarlo al sentirlo sobre su propio pecho.

-    A ser Ministro.- Respondió suavemente pero con seriedad. Kagome no supo si estaba bromeando o no, porque era un asunto demasiado importante para él, siempre lo había sido, toda su vida. Sonrió luego y se bajó de su pecho acurrucándose entre las sábanas y murmurando divertida.

-    Sí, claro.

Inuyasha se recostó de lado para observarla, sujetando su cabeza con una mano y pasando la otra por la estrecha cintura de Kagome.

Miedo a PerderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora