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— ¿Qué mierda hacen?

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— ¿Qué mierda hacen?

Mire con el ceño fruncido al dúo frente a mí, el pelinegro de mechas rubias reía a carcajadas al ver a su amigo, mientras que Baji tenía la mano en su boca mordiendo con fuerza, la pantalla frente a ellos estaba encendida mostrando un capítulo de SNK.

— Eres idiota, Baji.— se burló Kazutora.

— Cállate, fue tu idea.— respondió el pelinegro.

Ambos habían invadido mi departamento sin decirme el porqué, simplemente habían entrado mientras almorzaba — Baji forzó la cerradura—, y me pidieron ver algo en mi televisión.

Su hubiera sabido que se adueñarían de ella para ver SNK les hubiera dicho que no, no es que me moleste pero recientemente comencé a ver un anime llamado Haikyuu que me tiene completamente viciado.

No miento, estoy a punto de ingresar a un club de voleibol.

En fin, que me desvió del tema.

Baji tenía leve marcas en su mano, se había mordido la mano.

— ¿Qué tratas de hacer? ¿Convertirte en titán? — hablé sarcásticamente.

— ...

— Realmente eres idiota.— me burle lanzándome al colchón, Kazutora que estaba recostado en la orilla, rebotó y cayo sacándonos carcajadas enseguida.

— ¿Y ustedes de qué se ríen? — gruñó, tomó una almohada y me la lanzó con fuerza en el rostro, quedé unos segundos recalculando.

— Amanecimos bravos eh.— me quejé, bostezo removiéndome entre las tapas, siento un peso junto a mí y no tarde en ser empujado levemente dejándome en medio de la cama, Tora estaba acostado a mi izquierda y Kei a mi derecha. Ambos en silencio.

— No cambiarán de parecer, ¿No..? — me refería a la pelea de Valhalla contra ToMan, pronto sucedería. No obtuve respuesta.— Supongo que no puedo obligarlos, aún así preferiría que ninguno cometiera alguna estupidez.

— ¿Te preocupas por nosotros? — Keisuke se burló, al no tener respuesta volvió a hablar.— Tranquilo, estaremos bien.

— Tú tampoco puedes hacer una estupidez, aún tienes que cumplir la promesa.— Kazutora habló.

— Cállate, si la cumpliré.— sonreí ampliamente, aún sin verlos sabía que ellos también lo hacían.— Sólo vuelvan con vida, ¿Sí? Si no lo hacen les dejaré piedras en vez de rosas.

— Tacaño.— gruñó Baji.

Por unos minutos nos quedamos en silencio absortos en nuestros propios pensamientos, la calor del día me causaba irritación y me desesperaba deseando que pronto llegase invierno, mi mente divaga entre distintas cosas, las principales de ellas son los problemas que se avecinan.

— ¿Y sí pedimos un McDonald's? Ya me dio hambre. — suspiré.

Poco tiempo después estábamos comiendo felices y soltando gruñidos cuando nuestra comida era tocada por el otros.

𝐒𝐓𝐑𝐄𝐀𝐌𝐈𝐍𝐆 || 𝐓𝐨𝐤𝐲𝐨 𝐑𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞𝐫𝐬.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora