CAPÍTULO 17.

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Narra Eva.

Los recuerdos, esos momentos que guardamos grabados en nuestra mente y en nuestra alma.

Dicen que los recuerdos son peor que las balas.

Porque cuando una persona no recuerda nada de lo vivido, nada de vuestra historia de amor, por mucho que quieras olvidar hay recuerdos que el tiempo no borra ni olvida simplemente superas.

Pero cuando abres el cajón de esos recuerdos, cuando vuelves a recordar todo lo vivido con él, lo bueno y lo malo, son los propios recuerdos los que te sacuden a ti.

Han pasado meses y aunque Hugo poco a poco se esfuerza por recordar algo de nuestra historia está siendo más complicado de lo pensado.

Apenas recuerda nada, solo que en pesadillas para calmarme me acercaba a su pecho y pasaba sus dedos entre mis cabellos.

Ni siquiera se acuerda de mí sonrisa ni del sonido de mi risa pero, según dice él si ya le encantaba, ahora le encanta aún más.

Las cosas no han sido fáciles estos últimos meses, después del accidente, Hugo estuvo bastante débil, dejó demasiadas secuelas por todo su cuerpo, dolores de huesos y de cabeza que aún siguen siendo persistentes.

Se sentía inútil de no valerse por sí mismo y de necesitar ayuda.

Quizás él no se recordaba o no recordaba lo nuestro pero yo sí y sabía que seguía siendo el mismo Hugo de siempre, ese chico del cual me enamoré, del chico que me enseñó que no solo tenía la faceta de fuckboy. Pero también del chico que nunca quería depender de nadie.

Como he dicho han sido meses complicados. Días en los que Hugo hablaba a todos de mal humor incluso a mi, de discutir para que se diese cuenta que se estaba comportando como un crío delante de todos pero también de lágrimas por la frustración que conlleva lo que estábamos pasando, lo que él estaba viviendo.

Después de aquella noche pensé que igual era buena idea empezar de cero. Él no recordaba nada y yo simplemente quería olvidar lo malo. No sé cómo acabaría esto pero solo sabía que quería intentarlo de nuevo.

Porque ojalá Lucas, mi hermano, hubiese tenido la oportunidad que ha tenido Hugo de volver a intentar las cosas y hacerlas bien, de volver a vivir una nueva vida.

Hacía unas semanas en sus tantas visitas al hospital para ver cómo iba evolucionando el doctor le dijo que podía empezar hacer vida normal.

Hugo no era alguien que dependía de la gente, ya lo he dicho pero, ahora se apoyaba en mí para que le aconsejara porque según él no quería fastidiarla y no sabía si hacía las cosas tan bien como me merecía.

Llegamos a un consenso de que si quería empezar hacer vida normal como le había indicado su doctor que empezase por volver a su trabajo haciendo turnos de menos horas que cuando empezó y por ir a algunas clases en la universidad.

Sabía que estaba entusiasmado por volver a jugar en el equipo pero él era consciente que físicamente no estaba preparado para volver al juego.

                         ****

Acababa de salir de un examen algo más complicado que de normal que me había tenido días encerrada en la habitación sin ni siquiera poder ver a Hugo.

Él era consciente de ese examen, incluso sabía que en algunos de ellos me jugaba toda la nota a una.

 Cada uno de los mensajes que me mandaba al día por teléfono diciendo que me extrañaba y que tenía ganas de verme, dejaba en claro lo tanto que nos hacíamos falta.

"Enamorada de un fuckboy"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora